Si bien todas las edades
podrían sufrir algún tipo de secuela al contagiarse de COVID-19, los adultos
mayores son los que enfrentan un riesgo significativo. Especialistas de DIM
Centros de Salud explican que es posible -en algunos casos- rehabilitarse y
recuperarse totalmente tras la infección del coronavirus en pacientes mayores
de 65 años.
Los
adultos mayores representan casi el 80% de los pacientes en riesgo de
hospitalizaciones y consecuencias graves al contagiarse de COVID-19.
Este virus puede hacer cambios en
su sistema inmunológico que ya ha perdido fuerza con la edad y hace que sean
más susceptibles a infecciones bacterianas y virales. Las enfermedades
cardiovasculares, la diabetes y la obesidad podrían aumentar las
complicaciones.
El Dr. Diego Bigatti - médico
especialista en Clínica Médica y Geriatría de DIM Centros de Salud, explica que
las secuelas y consecuencias que puede experimentar un adulto mayor al
contagiarse de COVID-19 pueden variar, dependiendo, especialmente, del estado
previo que tenga el paciente. Si la persona tiene una vida saludable la
recuperación va ser bastante rápida y con menores riesgos, pero si la persona
tiene un cuadro clínico complejo la situación puede cambiar.
«La infección por COVID -19, como
cualquier tipo de infección, tiene una importante repercusión en la persona
adulta mayor. En un paciente sano, saludable y robusto hace que se debilite e
incluso, superado el cuadro, quedan con mucha fragilidad, debilidad muscular,
desnutrición calórico-proteica, además de fragilidad en todo lo que es el
sistema cardiorespiratorio y ocasionalmente deterioro cognitivo. Si uno le está
encima y lo rehabilita es altamente probable que volvamos a la situación lo más
parecido posible a lo previo. Mientras que si la infección por COVID-19 fue en
una persona anciana que ya venía frágil de antemano, tiene mayor riesgo de
tener complicaciones y de fallecer durante la infección. En caso de lograr
superar el cuadro quedan, de todos modos, con un grado de discapacidad bastante
importante, tanto secuelas cognitivas graves como físicas».
Para el
especialista la situación de la secuela, si es transitoria o permanente,
depende de varios factores:
1. Cómo estaba la situación de salud de la persona previo a la
infección.
2. Cómo fue la intensidad de la infección.
No es lo mismo llegar a la
infección estando sano o frágil previamente, son dos situaciones completamente
distintas, ni que hablar si llegamos a la infección por COVID -19 con
dependencia severa o con una discapacidad importante. Por otro lado, si la
persona previamente a la infección estaba sana pero el virus fue muy grave y
requirió terapia intensiva, intubación y mucho tiempo de internación,
obviamente esa persona va a salir con bastantes secuelas, que se pueden
rehabilitar o tener secuelas persistentes. La combinación de estos dos
factores: cómo estaba la salud de la persona previamente y de la magnitud de la
infección determinan si el paciente va tener a futuro secuelas transitorias o
permanentes por COVID-19.
El también docente de la
Universidad Nacional de La Matanza advierte que este tipo de virus tiene un
antes y un después en la vida de la persona, tanto en lo personal como en lo
emocional. «El envejecimiento del sistema inmune de por sí ya genera
predisposición a tener enfermedades autoinmunes o a la aparición de
enfermedades metabólicas que no estaban previamente. Muchas veces aparecen
cuadros graves como una infección sistémica y generalizada, lo que acelera este
proceso de envejecimiento de todo el cuerpo, pero particularmente el sistema
inmune, generando la posibilidad de que a futuro aparezcan situaciones de
enfermedad que no estaban previamente».
El Dr. Bigatti explica que todos
aquellos pacientes que han atravesado una situación grave con intubación y
sedación prolongada requieren a futuro una rehabilitación neurocognitiva y
apoyo psicológico. «Es muy frecuente que a partir de la hipoxia y el
sufrimiento neuronal que hubo aparezcan situaciones nuevas tanto en la personalidad
como en las actitudes y por supuesto del rendimiento cognitivo, toda esta
situación requiere rehabilitación. Puede suceder que la persona recupere un
100%, que no recupere nada o que se recupere a mitad de camino. Eso dependerá
de la magnitud de la infección, de cómo fue el manejo hemodinámico durante la
terapia intensiva y, por supuesto, de cómo estaba la persona previa la
infección».
¿Es posible la rehabilitación tras
la infección del COVID-19 en un adulto mayor? El Dr. Diego Bigatti dice que es
rehabilitable en algunos casos, sobre todo si el paciente tiene una dieta
saludable, controla sus enfermedades crónicas, hace actividad física y tiene
buenos vínculos afectivos y sociales. «Gran parte de las secuelas que quedan a
corto plazo de una infección grave tiene que ver con todo lo que fue la crisis
y el estrés hiperagudo de la internación en terapia intensiva. Pero esto ya lo
hemos visto en otros años con otras infecciones y la posibilidad de
recuperación está, no en todos los casos, pero están con lo cual nos obliga a
hacer el esfuerzo». BP
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