Un estudio
reciente descubrió una relación sorprendente entre la soledad y el desarrollo
de diabetes tipo 2, lo que sugiere que tener una red más pequeña de amigos
podría hacernos más propensos a contraer la enfermedad.
Al igual que
con cualquier investigación similar, la naturaleza precisa de este enlace no
está clara. Sin embargo, es una razón tan buena como cualquiera para asegurarte
de que aquellas personas aisladas y solas sepan que tienen amigos con los que
socializar, por ahora lo recomendable es socializar más de forma virtual
mediante videollamadas.
Si bien la
diabetes tipo 1 es una enfermedad autoinmune de por vida que generalmente se
desarrolla en la infancia, la diabetes tipo 2 se refiere a la resistencia
creciente del cuerpo a la insulina, que se desarrolla a cualquier edad. Y
aunque somos conscientes de varios factores genéticos y de estilo de vida que
pueden aumentar el riesgo de su aparición, aún se desconocen los mecanismos
exactos.
Estudios
anteriores han explorado los vínculos entre las estructuras sociales y la
diabetes tipo 2, buscando pistas en factores como el estrés y el apoyo
emocional que podrían ayudarnos a mejorar las decisiones de estilo de vida.
Al parecer es bastante
obvio que hay algún tipo de vínculo, y la intervención puede ser de gran
beneficio, sin embargo, todavía hay algunos signos de interrogación sobre qué
elementos sociales juegan un papel crucial en la relación.
Los
investigadores del Centro Médico de la Universidad de Maastricht en los Países
Bajos utilizaron la base de datos de un estudio existente de personas que
padecen diabetes tipo 2 para tratar de descubrir exactamente qué
características del aislamiento podrían estar relacionadas con la afección.
En general,
analizaron 2.861 sujetos de entre 40 y 75 años, de los cuales aproximadamente
un tercio fueron diagnosticados con diabetes tipo 2, ya sea previamente o como
parte del estudio. Las características de sus salidas sociales se recopilaron
mediante un cuestionario, que brinda a los investigadores una variedad de
detalles sobre el tamaño de la red de sus amigos, la frecuencia de contacto y
qué tan lejos vivían.
Descubrieron
que tener una red de amigos más pequeña estaba altamente asociado con un
diagnóstico nuevo o previo de diabetes tipo 2 entre hombres y mujeres. También
se descubrió que la proximidad de familiares, amigos y conocidos marcaba la
diferencia para las mujeres: tener personas cerca o estar en contacto con ellas
significaba que tenían menos probabilidades de contraer diabetes tipo 2. Para
los hombres, vivir solo y sin contactos parecía marcar la diferencia: aquellos
que tenían compañeros de casa tenían menos probabilidades de contraer la
enfermedad. Stephanie Brinkhues, autora principal del estudio, dice que “nuestros
hallazgos respaldan la idea de que resolver el aislamiento social puede ayudar
a prevenir el desarrollo de diabetes tipo 2”.
Entonces, ¿qué
significa todo esto? La diabetes no es el único trastorno a largo plazo relacionado
con el aislamiento social, y es muy poco probable que tales condiciones de
salud sean responsables del aislamiento. Las razones subyacentes detrás del
enlace no están claras, pero los autores creen que las implicaciones aún son
claras.
Miranda
Schram, investigadora de diabetes de la Universidad de Maastricht, dice que “los
grupos de alto riesgo para la diabetes tipo 2 deben ampliar su red y deben ser
alentados a hacer nuevos amigos, así como a convertirse en miembros de un club,
como una organización de voluntarios, un club deportivo o grupo de discusión”. JQ
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