domingo, 23 de agosto de 2020

Los alimentos ricos en antioxidantes podrían aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer...

Los alimentos ricos en antioxidantes como el té negro, el chocolate pueden aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Lo sugiere un estudio que se publica en Nature que ha analizado un hecho desconcertante: ¿por qué el cáncer en el intestino delgado es bastante raro, mientras que el cáncer colorrectal, un órgano vecino, aunque mucho más pequeño, es una de las principales causas de muerte por cáncer en hombres y mujeres? ¿Qué tiene el colon que parece 'atraer' el cáncer?
El grupo de Yinon Ben-Neriah y Eliran Kadosh, del Centro Lautenberg de Investigación de la Inmunología y el Cáncer de la Universidad Hebrea de Jerusalén (EEUU), ha descubierto que las mutaciones del cáncer no son necesariamente malos actores en sí mismos. De hecho, en ciertos microambientes como el intestino, estas mutaciones pueden ayudar al cuerpo a combatir el cáncer, no a propagarlo.
Sin embargo, si el microbioma intestinal produce altos niveles de metabolitos, como los que se encuentran en ciertas bacterias y alimentos ricos en antioxidantes como el té negro y el cacao caliente, entonces actúa como un ambiente particularmente hospitalario para los genes mutados y acelerará el crecimiento de los cánceres intestinales. Los investigadores pueden haber encontrado la razón por la que solo el 2% de los cánceres se desarrolla en el intestino delgado, mientras que un 98% de los cánceres ocurre en el colon.
Una diferencia importante entre estos dos órganos, explican en su trabajo, es su nivel de bacterias intestinales: el intestino delgado contiene pocos, mientras que el colon contienen multitudes. «Los científicos estamos comenzando a prestar cada vez más atención al papel que juegan los microbiomas intestinales en nuestra salud: tanto sus efectos positivos como, en este caso, su papel a veces pernicioso para ayudar y estimular la enfermedad», revela Ben-Neriah.
TP53 es un gen que se encuentra en cada célula. Produce una proteína llamada p53 que actúa como barrera celular y suprime las mutaciones genéticas en la célula. Sin embargo, cuando p53 se daña, ya no protege la célula. Todo lo contrario, impulsa el cáncer y ayuda a que los tumores se propaguen y crezcan.
Para probar su teoría de que la flora intestinal estaba en juego, los investigadores introdujeron proteínas p53 mutadas (que promueve el cáncer) en el intestino. (Todas las células contienen el gen TP53, que produce una proteína llamada p53 que actúa como barrera celular y suprime las mutaciones genéticas en la célula. Sin embargo, cuando p53 se daña, ya no protege la célula. Todo lo contrario, impulsa el cáncer y ayuda a que los tumores se propaguen y crezcan).
Sorprendentemente, los científicos vieron que el intestino delgado reaccionó convirtiendo el conductor del cáncer p53 mutado de nuevo en p53 normal, convirtiéndose en 'súper supresores', más capacitados en suprimir el crecimiento del cáncer que las proteínas p53 sanas. Pero, cuando se introdujo el p53 mutado en el colon, no se produjo dicho cambio, sino que se mantuvieron fieles a su naturaleza de promoción del cáncer e iniciaron la diseminación del tumor.
«Las bacterias intestinales tenían un efecto Jekyll y Hyde sobre las proteínas p53 mutadas -señala Ben-Neriah-. En el intestino delgado cambiaron totalmente su función y atacaron las células cancerosas, mientras que en el colon promovieron el crecimiento tumoral».
Para probar su teoría de que la flora intestinal era un factor importante de por qué la p53 mutada actuaba como un bloqueador tumoral en el intestino delgado, pero como un acelerador en el colon, los científicos administraron antibióticos para eliminar la flora intestinal del colon. Una vez que lo hicieron, el p53 mutado no pudo continuar con su promoción del cáncer.
Entonces, ¿qué hay en esta flora que hace que el cáncer de colon se propague tan rápido?, se preguntaron los científicos.
Un análisis detallado identificó al culpable: la flora intestinal que produce metabolitos, también conocidos como 'antioxidantes', que se encuentran en altas concentraciones en alimentos como el té negro, chocolate caliente o nueces.
Y, cuando los científicos alimentaron a los ratones con una dieta rica en antioxidantes, su flora intestinal aceleró el modo impulsor del cáncer de p53. Este hallazgo es de particular preocupación para aquellos pacientes con antecedentes familiares de cáncer colorrectal.
«Científicamente hablando, este es un territorio nuevo -asegura Ben-Neriah-. Nos sorprendió ver hasta qué punto los microbiomas afectan las mutaciones del cáncer, en algunos casos, cambiando completamente su naturaleza».
De cara al futuro, las personas con alto riesgo de cáncer colorrectal pueden querer examinar su flora intestinal con más frecuencia y pensar dos veces sobre los alimentos que digieren, especialmente los ricos en antioxidantes. BP

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