Llegan a cada rincón del país, incluso a los más
inhóspitos, con tal de garantizar que todos los habitantes accedan a la segunda
herramienta que más vidas salva después del agua potable: las vacunas. Por eso,
por segundo año consecutivo, tal como lo dispone la Ley 27.491, el 26 de agosto
se celebra el Día Nacional de los
Vacunadores, destinado a desarrollar actividades públicas de difusión,
información y concientización.
En ese contexto, durante el reporte matutino por la
pandemia de coronavirus desde el Ministerio de Salud, la secretaria de Acceso a
la Salud, Carla Vizzotti, enumeró los logros de las vacunas. “Gracias a las
vacunas hemos erradicado la viruela y estamos a un pasito de erradicar la
segunda enfermedad en el mundo, la polio”, dijo.
A
nivel nacional, gracias a las vacunas:
·
En Argentina no tenemos
polio desde 1984. Desde el 1° de junio se modificó el Calendario
Nacional de Vacunación con el reemplazo de la antipoliomielítica
Sabin (oral) por la inactivada Salk (inyectable) en la
dosis que corresponde al ingreso escolar. Así, la Salk se usa en el esquema
completo: en los lactantes (2,4 y 6 meses) y a los 5-6 años. La ‘gotita’ no se
usa más en el país.
·
No tenemos tétanos
neonatal desde 2007. Gracias a la vacunación con triple bacteriana
acelular a las embarazadas. La vacuna previene protege contra la tos convulsa,
el tétanos y la difteria.
·
No tenemos difteria desde
2006.
·
No tenemos síndrome de
rubéola congénita desde 2009. Es gracias a las
vacunas doble o triple viral que protegen contra la rubéola.
·
No tenemos sarampión
endémico desde el 2000. Tras el resurgimiento del sarampión en el mundo,
Argentina afrontó desde agosto del año pasado el peor brote de los últimos 20
años: produjo 179 casos (una mujer murió). Fue controlado gracias a acciones
intensivas de vacunación (el aislamiento por la pandemia de coronavirus también
ayudó). Tras 12 semanas sin casos, en julio se dio por finalizado el
brote, lo que permite al país conservar el estatus de libre de sarampión.
·
Se redujo 52% la internación de niños por neumonía
probablemente bacteriana gracias a la vacunación contra el neumococo.
·
Disminuyó 82% la letalidad de los recién nacidos
gracias a la vacunación de las personas gestantes contra la tos convulsa.
·
No se realizan trasplantes de hígado
por hepatitis A en niños vacunados desde 2007, gracias a la
vacunación que empezó en 2005.
“Todo ese impacto ha sido generado porque tenemos
en cada rincón del país personas que acercan las vacunas a quienes están
dispuestas a recibirlas y a toda la población objetivo”, afirmó Analía Aquino, asesora de la
secretaría de Acceso a la Salud.
Aquino, que recorre el país capacitando
vacunadores, afirma que son múltiples las tareas que emprenden cada día. “Desde
controlar la heladera a la mañana, que estén las vacunas a la temperatura
adecuada; hablar con los padres, disipar temores; organizar postas de
vacunación en las escuelas”, señaló.
Y añadió: “Muchos se levantan muy temprano a recorrer caminos, a armar postas,
a buscar a las personas que quizás no acceden a la vacunación porque no se
pueden movilizar. Es un colectivo muy diverso en nuestro país con múltiples
culturas. Son personas que surgen mayormente de las comunidades donde ellos
trabajan y en esa diversidad los une un gran amor y una gran pasión por su
trabajo”.
La pandemia, destacó Aquino, presenta nuevos retos
y nuevos desafíos. “Los vacunadores no han retrocedido, sino que están presentando nuevas estrategias,
generan actividades que a nosotros no se podrían haber ocurrido, pero ellos con
su creatividad acercan las vacunas a toda la población”.
La vacunación es considerada actividad esencial,
por lo que los vacunatorios están abiertos y se alienta a la
población a concurrir para cumplir
con el calendario (tanto niños, niñas y adolescentes como adultos)
y completar esquemas que puedan haber quedado atrasados.
“Las vacunas salvan vidas, nos igualan y en un calendario
que tiene vacunas para todas las etapas de la vida, gratuitas y obligatorias
porque son un bien social, que está por encima del bien individual. Todos estos
logros no se alcanzarían sin todos los vacunadores”, concluyó Vizzotti.
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