Se trata de la nueva generación de jóvenes del
tercer milenio. Su tiempo libre se dedica a navegar por Internet. A los
educadores se les imponen enseñanzas y comportamientos nuevos y una pedagogía
que hay que inventar.
Los tiempos televisivos son agua pasada. El distintivo de la nueva
generación de jóvenes y niños es la informática; el nuevo horizonte es virtual.
Y los nuevos habitantes del mundo de la electrónica son los ‘digitales’.
Internet es el espacio que hay que ocupar, el océano por el que navegar,
la selva por explorar, la sala de juegos para disfrutar, la plaza para charlar,
la play station para matar el tiempo.
Existe una generación de jóvenes para quienes la página web es la vida.
La llaman también la generación de los internautas, la que pasa mucho de su
tiempo libre ante el ordenador. Internet está creando un enorme gap
generacional y está aislando a los adolescentes: están un buen tiempo ante un
mundo virtual, en detrimento del real. Con los digitales se encuentran como en
casa.
¿Cómo ocupan el tiempo con los digitales? En primer lugar con el correo.
Es mucho más rápido y les permite crear un nuevo lenguaje, distinto del que
aprenden en la escuela. Una segunda forma de emplear el tiempo es chattare. Es
una costumbre que está modelando la generación ‘chat’.
El tercer ‘trabajo’ de los digitales es la música para muchos jóvenes.
Para otros es el videogame, un catalizador importantísimo que se ha convertido
para muchos en una obsesión. Junto a ello están las visitas turísticas a
lugares escabrosos de los que es mejor no hablar.
A buen entendedor. Parece que en Japón hay facultades de medicina que
enseñan cómo curar con el ordenador. Puede ser un estímulo para los educadores.
Y lo es para quienes empleen el Sistema Preventivo. Los digitales se encuentran
frente a problemas inéditos, el primero de todos, la globalización: la
tentación a explorar como nuevos Cristóbal Colón o Magallanes, colonizar los
territorios y formar un único y gran pueblo a su disposición.
El sociólogo Di Masi escribe: Una generación que encuentra del todo
normal vivir virtualmente relaciones intensas (intelectuales, creativas y
eróticas) con personas lejanas... Es la generación que cultiva sensaciones
estéticas basadas más en la originalidad y en el estupor que no en la belleza
tranquilizante del pasado; una generación que vive la sexualidad independiente
de la procreación; una generación que considera la noche como espacio por
colonizar con ganas inmensas de vivir; una generación que ve la gran separación
del mundo no entre ricos y pobres sino entre intelectuales e ignorantes.
Cosas buenas. Los internautas aprecian la ecología, no tienen prejuicios
de razas, color, piel, clase social; hacen nuevas amistades, ven el mundo desde
su butaca; se comunican más con el rock con la lengua de Shakespeare. Pero no
tienen ideologías fuertes, intelectualmente son vulnerables. Tienen los sueldos
de papá. El Papa ha hablado acerca de la Ética del Internet. A los educadores
les aguarda un gran trabajo. FS
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