El 2 de julio de 2021 se transformó en un día histórico, no solo para
B.I.F.E., sino también para la seguridad alimentaria mundial del futuro, dado
que se llevó a cabo la primera degustación de carne cultivada, la cual estuvo
en manos de Juan A. Craveri, Fundador de B.I.F.E y Presidente de Laboratorios
Craveri.
El evento tuvo
lugar luego de 5 años de trabajo basados en dos décadas de experiencia, dado
que B.I.F.E. -Bio Ingeniería en la Fabricación de Elaborados-, nació en el año
2016 de la mano de la División de Bioingeniería de Laboratorios Craveri. Así,
se dio inicio a la start-up que utiliza técnicas de cultivo celular para
desarrollar un sustituto de la producción de carne tradicional, que presenta
amplias ventajas en materia de salud, medioambiente y sustentabilidad.
La primera
degustación de B.I.F.E., se elaboró con carne cultivada bovina. Al cultivarse
solo el músculo y no el tejido adiposo (grasa) que le aporta sabor y sin la
sangre que le aporta color a la carne tradicional, hizo falta sazonar a este
tejido cultivado. Para ello, se utilizaron condimentos diversos, similares a
los utilizados al preparar una hamburguesa casera.
Al tratarse de
una prueba conceptual y como desconocíamos el comportamiento que iba a tener la
misma al ser sometida a cocción, decidimos rebozarla, sellarla unos segundos en
aceite hirviendo y luego terminar la cocción en el horno.
Según declaraciones del propio Juan Craveri, «el aspecto del producto
obtenido fue similar al de un nugget, crujiente por fuera y suave por dentro.
La carne tenía buen sabor».
El primer filete in vitro elaborado a partir de células bovinas por un
científico holandés de la universidad de Maastricht, Mark Post, fue presentado
en 2013. Hasta la fecha se han realizado pocas degustaciones de carne cultivada
en el mundo y Argentina es el primer país en Latinoamérica en poder presentar
este avance.
Si bien en el mundo existen laboratorios, grupos de investigación y
start-ups que comenzaron a desarrollar esta tecnología desde hace varios años,
B.I.F.E. es la primera compañía argentina que se encuentra desarrollando la
tecnología para obtener carne animal a partir del uso de técnicas de cultivo en
el laboratorio y la primera en Latinoamérica que llevó a cabo una degustación
privada.
«Estamos orgullosos de haber realizado la degustación de carne
cultivada. Es muy gratificante poder compartir este avance científico con el
mundo, cuya iniciativa nació en 2016, con el objetivo de contribuir y colaborar
con una solución a la creciente demanda alimenticia que afrontará el mundo. No
es una utopía, la carne cultivada es un hecho y B.I.F.E. lo hizo posible», dijo
Laura Correa, directora de la División de Bioingeniería de Laboratorios
Craveri, a cargo de B.I.F.E.
La producción de carne cultivada se consolida para llevar una solución
al problema de la falta de alimentos para la creciente población futura y la
producción sustentable de productos alimenticios de origen animal, a partir de
cultivos celulares que no requieran sacrificio animal.
Por otro lado, la agricultura celular cuenta con la posibilidad de
controlar la cantidad de grasa que contiene la carne, desarrollando así un
producto magro y sano que brinda todos los beneficios de la proteína animal. En
este mismo sentido, no es necesario cultivar las partes no comestibles como
hueso, el sistema nervioso, sistema respiratorio y sistema digestivo, evitando
así desperdicio alguno. Adicionalmente, está libre de antibióticos y hormonas.
En referencia al medioambiente, esta es significativamente más eficiente
en cuanto al uso de energía, tierra y agua que el ganado tradicional y, además,
contribuye a reducir los gases de efecto invernadero. Así, el desarrollo de
carne cultivada en laboratorio se convierte en una opción viable que promete
satisfacer la demanda de la población de manera sustentable.
En relación a la disponibilidad de la carne cultivada como un producto
de consumo masivo, Laura Correa sostuvo: «En la actualidad, el mayor desafío
que afronta la agricultura celular es lograr la escala requerida para agilizar
el proceso productivo y convertir a la carne cultivada en un producto básico y
de fácil alcance al mercado. El proceso aún es artesanal y es necesario contar
con la tecnología adecuada para lograr el escalado que automatice su
producción». BP
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