Investigadores argentinos identificaron un blanco terapéutico del virus
chikunguña y además seleccionaron compuestos con capacidad para inhibirlos.
«Los resultados
de nuestro estudio constituyen un punto de partida en el desarrollo de
medicamentos contra chikunguña, un avance alentador si consideramos que aún no
hay vacunas ni terapias efectivas para este virus que se está expandiendo a
nivel mundial en áreas tropicales y subtropicales en los últimos 15 años»,
afirmó la doctora en Química Mariela Bollini, quien lidera el Laboratorio de
Química Medicinal del Centro de Investigaciones en Bionanociencias (CIBION),
con sede en la Ciudad de Buenos Aires, y dependiente del CONICET.
La terapia
actual para los pacientes se limita a un tratamiento sintomático para mitigar
la inflamación y el dolor que causa la infección viral.
En 2016 se
confirmó por primera vez circulación autóctona de virus chikunguña en la Argentina,
en las provincias de Salta (90 casos) y Jujuy (9).
Afinando
la puntería
Los investigadores se concentraron en las proteínas E1 y E2 de la envoltura
del virus chikunguña que están involucradas en la invasión de las células
huésped después de la picadura de un mosquito infectado (Aedes aegypti y Aedes
albopictus) Estas proteínas (análogas a la Spike de SARS-CoV-2) participan en
el ingreso y liberación del genoma del virus dentro de la célula para iniciar
el programa de multiplicación.
A partir de análisis
bioinformáticos que reproducen en 3D la estructura de las proteínas E1 y E2,
los científicos identificaron en ellas una región que tenía las características
necesarias para unirse a moléculas. A continuación, llevaron a cabo un
screening virtual de dos bibliotecas de compuestos comerciales e identificaron
un candidato que, en estudios in vitro, logró inhibir en cerca del 100% la
replicación del virus en células infectadas.
«El compuesto
más activo contra chikunguña no presentó una toxicidad considerable», destacó
Bollini, investigadora del CONICET y también profesora adjunta de Diseño de
Fármacos en la carrera de Bioingeniería del Instituto Tecnológico de Buenos
Aires (ITBA). Asimismo, los investigadores seleccionaron variantes virales
resistentes a la acción antiviral del compuesto, lo cual «es consistente con el
blanco terapéutico propuesto», explicó Bollini.
El trabajo,
publicado en American Chemical Society
Infectious Diseases, representa un
primer paso en el desarrollo de un fármaco que mejore las características del
compuesto identificado. «Antes de evaluar ese fármaco a desarrollar en humanos,
sería necesario hacer ensayos preclínicos en animales de laboratorio», concluyó
Bollini.
Del estudio
también participaron Leandro Battini, primer autor y becario del CONICET en el
CIBION; Daniela Fidalgo, del CIBION, y Diego Álvarez, del Instituto de
Investigaciones Biotecnológicas (IIB-INTECH), dependiente de la UNSAM y del
CONICET. BP
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