jueves, 29 de julio de 2021

Qué alimentos ayudan a prevenir infecciones…

Mantener una correcta alimentación, junto con otros hábitos saludables, es fundamental para que el cuerpo se mantenga sano. Algunos alimentos, además, pueden ayudar a fortalecer el sistema inmunitario y con ello las defensas del organismo. Las infecciones son causadas por gérmenes que ingresan al organismo, se multiplican y causan daño o enfermedades, y, por consiguiente, determinadas reacciones por parte del cuerpo.

Entre los principales tipos de gérmenes que causan enfermedades se encuentran:

·        Bacterias: que causan botulismo, gonorrea, salmonelosis, sífilis o tétano, entre otras.

·        Hongos: que causan candidiasis o micosis, entre otras.

·        Protozoos: que causan enfermedad del sueño, malaria o tricomoniasis, entre otras.

·        Virus: que causan fiebre amarilla, hepatitis A o B, herpes, paperas, resfriado común, sarampión o gripe, entre otras.

Las infecciones también pueden ser localizada (es decir, afectan solamente a una parte u órgano del cuerpo) o sistémicas (es decir, están en el torrente sanguíneo). Para combatir o prevenir infecciones, el organismo dispone del sistema inmunitario, un conjunto de órganos, células y moléculas distribuidas en todo el cuerpo que brinda protección contra agentes extraños. La respuesta inmunitaria se puede fortalecer con hábitos saludables, incluida una correcta dieta.

Estos alimentos pueden brindar apoyo contra las infecciones:

Ajo y cebollas: Distintos estudios destacan las propiedades antivirales y bactericidas que poseen el ajo y la cebolla, útiles para aumentar las defensas del organismo y prevenir infecciones. Se cree que esto se debe a su rico contenido en alicina, un compuesto con gran poder antioxidante.

Cítricos: Los investigadores señalan que consumir vitamina C a diario ayuda a fortalecer el sistema inmunitario. Una forma de hacerlo es incluyendo en la dieta cítricos, es decir, pomelo, naranja, mandarina, o limón. Según distintos estudios, la vitamina C aumenta la producción de las células que combaten las infecciones (linfocitos y macrófagos) y reduce el impacto de ataques bacterianos y virales.

Chiles: Chiles como el habanero, jalapeño o piquín son picantes debido a una sustancia llamada capsaicina. Esta también actúa como un potente antioxidante que ayuda a reducir el daño por infecciones y fortalece el sistema inmunitario. Además, gracias a su alto aporte de vitamina C, el chile puede proveer muchos de los beneficios relacionados a los cítricos.

Cúrcuma: La cúrcuma posee curcumina, una sustancia que, según explican los expertos, puede estimular la producción de una proteína conocida como CAMP, la cual ayuda al sistema inmunitario a combatir virus, hongos y bacterias peligrosas.

Frutos secos: Los frutos secos se caracterizan por su composición baja en agua y rica en muchos nutrientes. Entre ellos se encuentran minerales como zinc, calcio y potasio que promueven el buen funcionamiento del sistema inmunitario. Además, su alto contenido en fibra favorece el crecimiento de bifidobacterias que viven en el intestino, previniendo la aparición de ciertas enfermedades infecciosas.

Hongos: Los hongos, champiñones o setas tienen citoquinas, un grupo de proteínas que regulan las interacciones de las células del sistema inmunitario y ayudan a aumentar las defensas del cuerpo para luchar contra agentes infecciosos.

Jengibre: El gingerol es el principal compuesto bioactivo del jengibre, responsable de muchas de sus propiedades medicinales, como los efectos antiinflamatorios y antioxidantes. También es rico en vitamina C, potasio y fósforo, por lo que fortalece el sistema inmunitario y ofrece protección contra virus y bacterias.

Miel: La miel ha sido utilizada desde hace milenios con muchos fines medicinales. Uno de los más destacados, según refieren distintos estudios, deriva de sus propiedades únicas para combatir infecciones a varios niveles, lo que hace más difícil que las bacterias desarrollen resistencia. Aunque la evidencia aún es insuficiente, se cree que esto se debe a que combina peróxido de hidrógeno, acidez y una alta concentración de azúcares.

Probióticos: Si los alimentos que contienen microorganismos vivos, como los lácteos, se ingieren en cantidades suficientes pueden ayudar a potenciar el sistema inmunitario. Existe evidencia que respalda los beneficios de diferentes cepas, como L. acidophilus y L. casei, sobre el funcionamiento del sistema inmunitario, especialmente en la prevención de infecciones.

Tomate: Los tomates son ricos en licopeno, un poderoso antioxidante ideal para mejorar las defensas del organismo. La biodisponibilidad del licopeno aumenta cuando el tomate se cocina, ya que, a altas temperaturas, las paredes celulares se rompen y permiten que este se libere.

Otros hábitos que fortalecen el sistema inmunitario

Más allá de alimentos que estimulan las defensas del organismo, se pueden incorporar otros hábitos que ayudan para fortalecer el sistema inmunitario y prevenir infecciones:

Actividad física: El ejercicio promueve una mejor circulación de la sangre, esto ayuda a que los pulmones y el corazón funcionen mejor, lo que potencia la inmunidad de nuestro organismo. Los expertos recomendaban realizar 150 minutos semanales de ejercicio, o 75 si era de alta intensidad, sin embargo, las pautas actuales señalan que incluso las breves caminatas pueden brindar beneficios y son un gran comienzo para romper los hábitos sedentarios.

Dormir bien: La privación severa de sueño afecta al sistema inmunitario. Si no descansas bien, el cuerpo pierde sus mecanismos de defensa naturales y la capacidad para combatir las enfermedades se ve afectada. Procura dormir entre siete y ocho horas a diario, de ser posible en horarios regulares.

Vacunación: Recuerda, vacunarte es una forma de ‘entrenar’ al sistema inmunitario contra un patógeno específico. La vacunación logra la memoria inmune sin una infección real, por lo que el cuerpo está preparado cuando ingresa el virus o bacteria. Recibir todas las vacunas recomendadas ayuda a evitar infecciones potencialmente peligrosas.

Para recordar:

Hasta contar con evidencia científica significativa proveniente de ensayos en humanos, las personas interesadas en utilizar terapias a base de hierbas y suplementos deben tener mucho cuidado. No abandones ni modifiques tus medicamentos o tratamientos, antes habla con el doctor sobre los potenciales efectos de las terapias alternativas o complementarias. Recuerda, las propiedades medicinales de las hierbas y suplementos también pueden interactuar con los fármacos recetados, con otras hierbas y suplementos, e incluso alterar tu dieta. TV

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