El cribado masivo de los niños en edad escolar ha permitido diagnosticar
un número significativamente mayor de casos de enfermedad celíaca, según un
nuevo estudio presentado en el VI Congreso Mundial de Gastroenterología,
Hepatología y Nutrición Pediátrica, celebrado en Viena (Austria).
Investigadores italianos han detectado el doble de casos de esta
enfermedad autoinmune en niños en edad escolar, en comparación con un estudio
similar realizado por el mismo grupo hace 25 años.
Un nuevo programa de cribado de 7.760 niños de entre 5 y 11 años en 8
provincias italianas revela que la prevalencia global de la enfermedad celíaca
era del 1,6%, mucho más alta que el 1% aproximado de la población mundial que
se cree que está actualmente afectada por la enfermedad.
Los niños fueron sometidos a un análisis de sangre mediante un pinchazo
en la yema del dedo para detectar mutaciones en el gen del antígeno
leucocitario humano (HLA), que predispone a los niños a desarrollar la
enfermedad celíaca. Si los resultados eran positivos, se comprobaba si los
niños tenían anticuerpos contra el gluten. A continuación, se confirmaba el
diagnóstico mediante los criterios de la Sociedad Europea de Pediatría, Gastroenterología,
Hepatología y Nutrición.
La autora principal del ensayo multicéntrico CELI SCREEN, Elena
Lionetti, afirma que el estudio demostró que el cribado en la infancia permite
diagnosticar más casos de enfermedad celíaca que en la atención habitual, en la
que los niños se someten a la prueba si presentan síntomas o se les somete a un
cribado debido a antecedentes familiares de la enfermedad. Nuestro estudio ha
demostrado que la prevalencia de la enfermedad celíaca en los niños en edad
escolar se ha duplicado en los últimos 25 años en comparación con las cifras
comunicadas por nuestro equipo en un grupo de edad escolar similar -afirma la
investigadora-. Nuestra sensación es que hay más casos de enfermedad celíaca
que en el pasado, y que no podríamos descubrirlos sin una estrategia de cribado.
En la actualidad, el 70% de los pacientes celíacos no están
diagnosticados, y este estudio sugiere que podrían identificarse muchos más, y
en una fase más temprana, si el cribado se realizara en la infancia con pruebas
de detección no invasivas.
Diagnosticar y evitar el gluten podría prevenir el daño en las
vellosidades, que puede provocar una mala absorción de nutrientes, y trastornos
a largo plazo como problemas de crecimiento, fatiga y osteoporosis. BP
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