martes, 1 de febrero de 2022

La frecuencia cardiaca elevada se relacionaría con mayor riesgo de demencia…

Tener una frecuencia cardiaca en reposo elevada a edad avanzada puede ser un factor de riesgo independiente de demencia, según un estudio del Instituto Karolinska (Suecia) publicado en Alzheimer's & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association. 
Dado que la frecuencia cardiaca en reposo es fácil de medir y puede reducirse mediante el ejercicio o el tratamiento médico, los investigadores creen que puede ayudar a identificar a las personas con mayor riesgo de demencia para una intervención temprana. 
En este estudio, los investigadores examinaron si la frecuencia cardíaca en reposo de 2.147 personas de 60 años o más que vivían en Estocolmo podía estar relacionada con la demencia y el deterioro cognitivo, independientemente de otros factores de riesgo conocidos, como las enfermedades cardiovasculares. Los datos se obtuvieron del Estudio Nacional Sueco sobre Envejecimiento y Cuidados en Kungsholmen (SNAC-K). 
El estudio, que hizo un seguimiento de los participantes durante 12 años, muestra que los individuos con una frecuencia cardíaca en reposo de 80 latidos por minuto o superior tenían un riesgo de demencia un 55% mayor que aquellos que tenían una frecuencia cardíaca de 60-69 latidos por minuto. 
La asociación siguió siendo significativa después de ajustar los posibles factores de confusión, como diversas enfermedades cardiovasculares. Aun así, los investigadores advierten que el resultado puede haberse visto afectado por eventos cardiovasculares no detectados y por el hecho de que un mayor número de participantes con enfermedades cardiovasculares murieron durante el periodo de seguimiento y, por tanto, no tuvieron tiempo de desarrollar demencia. 
El estudio, dirigido por Chengxuan Qiu, no puede establecer una relación causal, pero los investigadores ofrecen varias explicaciones plausibles de la asociación, como el efecto de las enfermedades cardiovasculares subyacentes y los factores de riesgo cardiovascular, la rigidez de las arterias y el desequilibrio entre las actividades nerviosas simpáticas y parasimpáticas. 
Creemos que sería valioso explorar si la frecuencia cardíaca en reposo podría identificar a los pacientes con alto riesgo de demencia -subrayó la autora principal del estudio, Yume Imahori-. Si hacemos un seguimiento cuidadoso de la función cognitiva de estos pacientes e intervenimos a tiempo, la aparición de la demencia podría retrasarse, lo que puede tener un impacto sustancial en su calidad de vida”. BP

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