¿Forma
parte de los TEA el Síndrome de Asperger?
El Síndrome de Asperger forma parte de los
Trastornos del Espectro del Autismo (TEA). Aunque en 1994 fue incluido en la
cuarta edición del Manual Estadístico de Diagnóstico de Trastornos Mentales
(DSM-IV), desapareció en la quinta edición para pasar a englobarse dentro de
los TEA.
¿Qué
es el Síndrome de Asperger?
Es un trastorno del neurodesarrollo; el cerebro de
la persona con Síndrome de Asperger funciona de manera diferente a la habitual,
especialmente en la comunicación e interacción social y en la adaptación
flexible a las demandas diarias. Comparte las características nucleares del autismo.
La persona con Síndrome de Asperger tiene dificultades en la comunicación
social y en la flexibilidad de pensamiento y comportamiento. Sin embargo, tiene
un lenguaje fluido y una capacidad intelectual media e incluso superior a la
media de la población.
¿Cómo
se comunica una persona con Síndrome de Asperger?
Tiene dificultad para entender la comunicación no
verbal (gestos, expresiones faciales, tono de voz, etc.) y los mensajes sutiles
que se transmiten a través de este canal. Puede hablar durante mucho tiempo de sus temas de
interés, pero tiene dificultad para saber cuándo terminar la conversación. Le cuesta elegir temas de los que ‘hablar por hablar’ o tener una charla
‘social’ con otras personas. Es muy literal; comprende el lenguaje según el
significado exacto de las palabras por lo que muchas veces no entiende las
bromas, los chistes, las metáforas o los sarcasmos. Su expresión verbal es correcta pero, a veces,
utiliza el lenguaje de manera muy formal, siendo demasiado preciso, técnico e
incluso pedante.
¿Cómo
se relaciona una persona con Síndrome de Asperger?
Le resulta difícil reconocer y comprender las
reglas sociales ‘no escritas’ por lo que, a veces, puede comportarse de manera
inadecuada sin darse cuenta. Quiere relacionarse con los demás, pero no sabe
cómo hacerlo por lo que, a veces, puede encontrarse solo. Le resulta muy difícil manejarse en situaciones en las que tiene que
interactuar con muchas personas a la vez, lo que puede parecer que no quiere
relacionarse o integrarse en el grupo. Puede parecer que no expresa sus emociones ni tiene
en cuenta las de los demás pero, en realidad, es que le resulta muy complejo
darse cuenta intuitivamente de cuáles son los sentimientos y emociones de otras
personas. Encuentra difícil expresar sus propias emociones de
una manera convencional por lo que, a veces, puede parecer que reaccionan de
manera inadecuada, desproporcionada o ‘fuera de lugar’.
¿Cómo
piensa y se comporta una persona con Síndrome de Asperger?
Su forma de pensar es rígida y concreta lo que le
ayuda en actividades que requieren atención a detalles y repetición de
patrones, pero tiene dificultades en tareas que requieren flexibilidad o
búsqueda de alternativas para la resolución de problemas. Es fiel a las rutinas que, en ocasiones, sigue de manera rígida y
repetitiva. Las rutinas le proporcionan seguridad y pautas
concretas de actuación pero limitan su comportamiento dificultando la
adaptación a cambios, situaciones novedosas o poco previsibles. Tiene intereses muy concretos y específicos sobre los que acumula mucha
información y dedica mucho tiempo, convirtiéndose, en ocasiones, en fuente
principal de conversación y dedicación. Puede ser extremadamente sensible a algunos
estímulos del ambiente, resultándole molestos o dolorosos (ruidos, luces,
olores, sabores, etc.).
¿Cómo
puedes ayudar a una persona con Síndrome de Asperger?
Reflexiona sobre los desafíos sociales que afrontas
todos los días e intenta ponerte en el lugar de una persona que genuinamente no
los comprende ni sabe cómo afrontarlos.
Trata de empatizar con su experiencia y procura comprenderla, aunque a
veces sea muy distinta a lo ‘convencional’.
Interésate por conocer bien a la persona, sus gustos e intereses, sus
puntos fuertes y débiles, y las cosas que son importantes para ella.
Será necesario que hagas explícitos algunos conceptos que para la mayor
parte de las personas son obvios, especialmente relativas a las relaciones
sociales.
Utiliza un lenguaje directo y concreto, sin ambigüedades o dobles
sentidos. Esto hará que la comunicación sea más sencilla y satisfactoria para
la persona.
Comprende que sus comportamientos no son caprichosos o intencionados.
Reflejan una manera distinta de comprender y desenvolverse en el mundo.
Comprende la importancia de sus rutinas y ‘rigideces’. Son elementos
importantes que le proporcionan seguridad. Puedes ayudar a flexibilizarlas sin
imponer tu manera de ver las cosas.
Pregúntale cuál es la mejor manera de apoyarle. Él o ella te sabrán
explicar cuáles son sus puntos fuertes y débiles y cómo prefiere que le ayudes.
BP
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