Acelerado por la aparición de BA.2 —una variante más transmisible que Ómicron— el virus se ha propagado rápidamente. Alemania ahora registra nuevos récords de tasas de infección casi a diario. Austria también ha alcanzado nuevos máximos, mientras que los casos en los Países Bajos se han duplicado desde que se levantaron las restricciones el 25 de febrero.
La mayoría de las autoridades han hecho caso omiso del aumento, mostrando poco interés en volver a imponer restricciones después de la flexibilización de las medidas hace solo unas semanas. Pero el virus amenaza con causar problemas de todos modos, y negocios y escuelas interrumpen su operación a medida que las personas se reportan enfermas.
“Los mensajes de los políticos alientan a muchas personas que estaban tomando precauciones a mezclarse con otros”, dice Martin McKee, profesor de salud pública en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres. “Parece muy valiente, y de hecho arriesgado, asumir que la pandemia ha terminado”, agregó.
El momento es pésimo. Europa no puede permitirse más tensión ahora que la región lidia con una crisis del costo de vida que la guerra en Ucrania amenaza con intensificar a medida que el conflicto dispara los precios de los alimentos y la gasolina.
A pesar del aumento de las infecciones, Alemania se apega al plan de dejar que las restricciones expiren a nivel nacional. Austria suspendió la semana pasada una ley que hacía obligatorias las vacunas contra el coronavirus, retirándose de una de las medidas más estrictas de Europa. En Francia, millones de estudiantes y profesores de secundaria abandonaron los tapabocas por primera vez en casi dos años la semana pasada e Inglaterra pondrá fin a las pruebas masivas gratuitas en abril.
El nuevo brote está provocando una reactivación ad hoc de medidas para contener la propagación. En toda Europa, un gran número de personas que asisten a eventos culturales o a supermercados todavía optan por usar el tapabocas aunque ya no sea obligatorio. Esto es una señal de que muchos se dan cuenta de que la pandemia aún no ha quedado atrás, incluso si los Gobiernos actúan como si así fuera. P
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