El cáncer de mama es uno de los más frecuentes en
el país y en el mundo. Cada año, a nivel mundial se diagnostican 1,67 millones
de casos de cáncer de mama de los cuales unos 19.000 corresponden a Argentina.
«El cáncer de mama tiene un nombre único pero son
muchas enfermedades a la vez. Podemos hablar de tres grandes subtipos y a su
vez dentro de éstos, muchas enfermedades diferentes», afirmó la médica
especialista en oncología clínica Victoria Costanzo.
«El más frecuente es el cáncer de mama que se
conoce como hormono-dependiente, aquellos tumores que expresan receptores de
estrógeno y/o progesterona; le siguen aquellos que expresan la proteína llamada
HER2, y el tercer subtipo es el triple negativo», amplió la subjefa de la Unidad de Cáncer de Mama del Instituto
Alexander Fleming. El triple negativo representa un 15% de todos los
cánceres de mama. «Se le llama triple negativo porque tanto los receptores de
estrógeno y progesterona como el HER2 son negativos, ni sobreexpresa HER2 ni es
hormono-dependiente». Si bien puede diagnosticarse a cualquier edad, se
presenta más frecuentemente en mujeres jóvenes: «Podemos decir que en mujeres
por debajo de los 50 años, se detecta entre el 15% y el 20% de los casos y en
las mujeres mayores de 65 es menor del 10%», aclaró la especialista.
Una vez diagnosticado el cáncer de mama es muy
importante la serie de estudios y análisis de la biopsia para identificar el
tipo de tumor. Dependiendo del subtipo que presente la paciente, el tratamiento
será diferente. En el caso de la mayoría de las pacientes con cáncer de mama
triple negativo hasta el momento, la única opción estándar de tratamiento era
la quimioterapia y «cuando se usa quimioterapia el problema es que la acción no
es selectiva, por lo tanto, es menos potente», explicó la Dra. Constanzo.
Incansablemente se estudian nuevas alternativas de
tratamiento que mejoren la calidad de vida de los pacientes oncológicos y les
permita tener una mayor esperanza de sobrevida. Desde la irrupción de la
inmunoterapia como opción de tratamiento para diferentes tipos de tumores,
innumerables estudios se encuentran en curso.
En este sentido, recientemente en la Argentina se
aprobó la primera inmunoterapia para el tratamiento del cáncer de mama
metastásico triple negativo PD-L1 positivo. La aprobación local es para el
tratamiento con atezolizumab en combinación con nab-paclitaxel o paclitaxel.
«Hace unos años se conoció que dentro de los tumores triple negativos había también muchas variedades. Hay un grupo de tumores que se caracteriza por lo que nosotros llamamos activación inmune; estos tumores que expresan PD-L1, se benefician con la inmunoterapia. Según los datos con los que contamos hasta el momento, un 40% de los pacientes expresan esta proteína que esconde a la célula tumoral para que las células inmunes, nuestras defensas, no puedan reconocerla y atacarla. La inmunoterapia atezolizumab bloquea el PD-L1 para que la célula inmune pueda reconocer a la tumoral y actuar sobre ella. Esto, en combinación con quimioterapia, dirige la acción y potencia la respuesta inmune en estos pacientes», explicó la Dra. Costanzo.
«Hace unos años se conoció que dentro de los tumores triple negativos había también muchas variedades. Hay un grupo de tumores que se caracteriza por lo que nosotros llamamos activación inmune; estos tumores que expresan PD-L1, se benefician con la inmunoterapia. Según los datos con los que contamos hasta el momento, un 40% de los pacientes expresan esta proteína que esconde a la célula tumoral para que las células inmunes, nuestras defensas, no puedan reconocerla y atacarla. La inmunoterapia atezolizumab bloquea el PD-L1 para que la célula inmune pueda reconocer a la tumoral y actuar sobre ella. Esto, en combinación con quimioterapia, dirige la acción y potencia la respuesta inmune en estos pacientes», explicó la Dra. Costanzo.
Esta nueva opción terapéutica se basa en los
resultados del estudio 'IMpassion 130' que demostró que la combinación de la
inmunoterapia atezolizumab y quimioterapia (paclitaxel unido a la albúmina/
nab-paclitaxel) reduce en un 40% el riesgo de progresión de la enfermedad o
muerte frente al tratamiento con quimioterapia sola en todas las pacientes y se
observó también una supervivencia global de 25 meses en la población PD-L1
positivo.
«En pacientes con cáncer de mama triple negativo,
metastásicas -es decir, aquellas que tienen compromiso fuera de la mama- y
dentro de ellas las que tienen PD-L1 positivo, el estudio demostró que por un
lado redujo el riesgo de progresión, es decir que por su efectividad disminuyó
la necesidad de un segundo tratamiento, y lo que es más importante, demostró
que las mujeres viven más tiempo. Son contados los tratamientos en cáncer de
mama con metástasis que logran que las mujeres vivan más», concluyó la
especialista.
La forma de tratar el cáncer está evolucionando. A medida que avanza el conocimiento sobre las características moleculares de los tumores, se desarrollan terapias cada vez más específicas, que se focalizan en objetivos puntuales asociados al cáncer, y que permiten tratar inclusive tumores para los que no había opciones terapéuticas. BP
La forma de tratar el cáncer está evolucionando. A medida que avanza el conocimiento sobre las características moleculares de los tumores, se desarrollan terapias cada vez más específicas, que se focalizan en objetivos puntuales asociados al cáncer, y que permiten tratar inclusive tumores para los que no había opciones terapéuticas. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario