El daño hepático a menudo se atribuye a malas
elecciones de estilo de vida, como una mala dieta, falta de ejercicio y consumo
de alcohol, pero un nuevo estudio está creando conciencia sobre una cepa de
bacteria llamada Klebsiella que también causa la enfermedad del hígado
graso. Este es un hallazgo sin precedentes, ya que nunca antes habíamos
imaginado que una bacteria podría ser la culpable de una de las enfermedades
hepáticas más comunes que existen.
La enfermedad del hígado graso es la afección de
salud más común del hígado y una de curación lenta. En muchos casos, el
alcoholismo causa la afección, pero en otros casos, los científicos simplemente
no están seguros de qué la está causando, aunque sabemos que la diabetes, la
presión arterial alta y la obesidad son factores contribuyentes. Los casos se
conocieron bajo el término general de enfermedad del hígado graso no
alcohólico, y es terriblemente común, afectando a aproximadamente el 25%
de la población mundial. Aunque no es peligroso en sí mismo, la
enfermedad del hígado graso no alcohólico, no tratada progresará a cirrosis,
que puede ser potencialmente mortal u otras afecciones hepáticas más graves.
Más recientemente, se ha establecido un vínculo entre las bacterias
intestinales y la enfermedad del hígado graso no alcohólico, con un estudio
chino de 2019 publicado en el la revista 'Cell
Metabolism' señala que una bacteria conocida como Klebsiella puede ser una causa potencial. La Klebsiella es una bacteria común, comúnmente asociada con neumonía
e infecciones respiratorias, pero puede estar presente en otras partes del
cuerpo, como el intestino. La forma en que una bacteria puede estar causando
daño hepático es interesante en sí misma, ya que los autores sugieren que Klebsiella produce alcohol en nuestros
intestinos, lo que, a su vez, puede causar un hígado graso. Este mecanismo no
es nuevo, ya que se ha observado que ciertas bacterias intestinales causan el
síndrome de auto-cervecería, una condición extraña donde el consumo de
carbohidratos hace que una persona se sienta borracha.
Anteriormente se pensaba que esta afección era muy
rara, pero resulta que los casos leves pueden ser más comunes de lo que se
estimó anteriormente. En el primer ensayo de un estudio, 43 pacientes que
padecían enfermedad del hígado graso no alcohólico, se combinaron con
controles, y se tomaron muestras de microbiota intestinal de todos los
participantes. Klebsiella apareció en el 60% de las muestras en
pacientes con enfermedad del hígado graso no alcohólico, pero solo en el 6% de
los controles sanos.
Este ensayo había confirmado su hipótesis de que la
bacteria podría estar relacionada con la NAFLD, lo que posteriormente condujo
al segundo ensayo, en el que los investigadores observaron cómo Klebsiella
afectó el hígado en ratones. Los ratones infectados con Klebsiella desarrollaron daño hepático solo 2 semanas después de la
introducción de la bacteria en su intestino.
Luego se administró un tratamiento antibiótico para
matar las bacterias, lo que causó una mejora en la salud de su hígado. Por lo
tanto, la presencia de esta cepa específica de bacterias está relacionada con
el daño hepático. Es cierto que el estudio fue bastante pequeño, pero es un
paso significativo en nuestra comprensión de la conexión entre la salud del
hígado y el microbioma intestinal, que puede desempeñar un papel mucho más
importante en nuestra salud general de lo que esperábamos. YTL
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