viernes, 18 de octubre de 2019

Jakob Kern, Beato

Sacerdote, 20 de Octubre
Jakob Franz Alejandro Kern, nació en Viena, Austria, el 11 de abril de 1897, provenía de una modesta familia vienesa de obreros. La primera guerra mundial le impidió bruscamente proseguir sus estudios en el seminario menor de Hollabrunn.
Una grave herida de guerra convirtió en un calvario, como él mismo decía, su breve existencia terrena en el seminario mayor y en el monasterio de Ceras.
Por amor a Cristo no se aferró a la vida, sino que la ofreció conscientemente por los demás. En un primer momento quería ser sacerdote diocesano. Pero un acontecimiento le hizo cambiar de camino. Cuando un religioso premonstratense abandonó el convento, afiliándose a la Iglesia nacional checa que se había formado tras la reciente separación de Roma, Jakob Kern descubrió su vocación en este triste evento. Quiso reparar la acción del aquel religioso. Jakob Kern ocupó su lugar en el monasterio de Geras.
Su enfermedad, sin embargo, progresó cruelmente. Durante la estación de Pascua de 1923 contrajo influenza, sus heridas de guerra descargaban pus. Como una consecuencia una costilla debió ser extraída. Debido a su condición debilitada los doctores tenían que operar sin anestesia. El paciente soportó el dolor con conciencia llena e incluso se disculpó al cirujano por causar tanto problema.
Pareció recuperarse después de una corta estancia en Meran, pero sus pulmones se deterioraron rápidamente. Su profesión solemne estaba fijada para el 20 de octubre de 1924, pero una nueva cirugía se programó para ese mismo día. Al recibir la sagrada comunión el día previo a su operación dijo: “Mañana será mi última sagrada comunión. Yo celebraré mi profesión solemne en cielo”. Él murió durante la cirugía y fue enterrado en Geras cinco días después.
El beato Jakob Kern se nos presenta como testigo de la fidelidad al sacerdocio. Al inicio era un deseo de infancia que se expresaba imitando al sacerdote en el altar. Sucesivamente, el deseo maduró. A través de la purificación del dolor, apareció el profundo significado de su vocación sacerdotal: unir su vida al sacrificio de Cristo en la cruz y ofrecerla en sustitución por la salvación de los demás.
Fue beatificado por Su Santidad, Juan Pablo II, el 21 de Junio de 1998.

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