Durante mucho tiempo, los médicos nos han
recomendado a tomar los antibióticos por lo menos durante una o dos semanas,
aunque nos sintamos mejor en tan solo algunos días. La instrucción era no
cortar el tratamiento porque de lo contrario la infección podría volver.
Pero ahora hay nuevas pruebas que sugieren que, en
algunos casos, un ciclo más corto de antibióticos funciona igual de bien, y es
más seguro.
Los proveedores de atención médica han recetado tradicionalmente
ciclos más largos de antibióticos para estar seguros de deshacerse de todos los
microbios que causan las enfermedades. Pero a medida que ha evolucionado el
conocimiento científico, cada vez es más evidente que los medicamentos afectan
no solo las bacterias que provocaron la infección, sino también el complejo
ecosistema de cientos de miles de millones de otras bacterias que habitan en el
cuerpo humano.
Qué dice
ahora la ciencia
La duración de un tratamiento con antibióticos
debería respaldarse en parámetros más sólidos, dicen los investigadores. Para
una importante cantidad de infecciones, incluyendo las del tracto urinario,
bacteriemias y neumonías adquiridas en la comunidad, hay creciente evidencia de
que se puede reducir la cantidad de días de tratamiento antibiótico en cuanto a
la duración clásica de los esquemas de 7 días o más.
Médicos argentinos y españoles que expusieron en
una sesión especial “Tratamientos acortados. Simplificando tratamientos: menos
es más”, en el XIX Congreso de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) de
2019, aseguraron que muchos tratamientos acortados no afectan los resultados
clínicos.
“En cambio, habría otros beneficios: disminución de
los costos y de los efectos adversos de los antibióticos, menor presión para la
selección de cepas resistentes, menor riesgo de infección por Clostridum
difficile, mayor satisfacción de los pacientes, y un retorno más rápido a sus
actividades cotidianas”, se indica en un artículo publicado por Medscape.
En el estudio, publicado en la revista JAMA
Internal Medicine, los investigadores analizaron el uso de antibióticos en 312
adultos que habían tenido neumonía bacteriana grave, suficiente para requerir
una hospitalización.
Diez días después de haber iniciado el tratamiento,
descubrieron que los pacientes que dejaron de tomar los medicamentos antes
mejoraron igual de bien que aquellos que siguieron tomándolos. Después de un
mes, la gran mayoría de los pacientes de ambos grupos se había recuperado. De
hecho, solo el 1.4% de los pacientes en el grupo con el tratamiento corto
terminó siendo readmitido al hospital en el término de 30 días, en comparación
con un 6.6% de los que tomaron el antibiótico el doble del tiempo.
¿Funciona
igual para otro tipo de infecciones?
En un artículo publicado por Consumer Reports en
2017 se cita la opinión de Lauri Hicks, D.O., una epidemióloga médica en los
Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) quien decía que no
existen muchos otros estudios de buena calidad que hayan analizado la duración
ideal de la terapia para las infecciones, desafortunadamente.
Sin embargo, en la misma nota Hicks indica
que en la mayoría de las investigaciones que han analizado cuánto tiempo
se necesita para que funcionen los antibióticos, se ha llegado a la conclusión
de que es menos tiempo del que alguna vez se creyó.
Consumer Reports publicó siguiente tabla, teniendo
en cuenta infecciones comunes:
Enfermedad
|
Tratamiento más largo (días)
|
Tratamiento más corto (días)
|
Infección abdominal
|
10
|
4
|
Bronquitis en personas con Obstrucción Pulmonar
Crónica (COPD)
|
7 o más
|
5 o menos
|
Infección bacteriana de los senos nasales
(sinusitis)
|
10
|
5
|
Celulitis (infección de la piel)
|
10
|
De 5 a 6
|
Infección crónica de los huesos
|
84
|
42
|
Infección renal
|
De 10 a 14
|
De 5 a 7
|
Neumonía adquirida en el hospital
|
De 10 a 15
|
8 o menos
|
Neumonía adquirida fuera del hospital
|
De 10 a 14
|
De 3 a 5
|
“La investigación demuestra que mientras más tiempo
tomes el antibiótico, es más probable que las bacterias que viven en y dentro
de tu cuerpo se vuelvan más resistentes o inmunes a ese medicamento”, dice
Hicks. Si en algún momento esas bacterias resistentes se “intensifican” y
causan una infección, podría ser más difícil de tratar. Y también puedes
transmitir esas bacterias resistentes a otras personas a tu alrededor.
No lo
suspendas sin hablar con tu médico
Algunas infecciones graves como la tuberculosis y
aquellas que afectan los huesos, las válvulas del corazón o el flujo sanguíneo,
requieren tratamientos largos con el medicamento. “En ciertos casos, es posible
que te empieces a sentir mejor, pero aún tengas una infección activa que
requiera tratamiento”, dice Hicks.
Pero si estás tomando un antibiótico para una
enfermedad más común y corriente como por ejemplo una infección de los senos
nasales o sinusitis, infección urinaria o neumonía, Hicks dice que es “muy
razonable” llamar a tu médico y preguntar si puedes interrumpir el medicamento
una vez que no hayas tenido fiebre durante 48 horas y te estés sintiendo
significativamente mejor. HD
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