Hablar de ansiedad no es hablar de
locura. La ansiedad es un elemento importante y natural que todos los seres
vivos poseemos. Sin embargo, cuando no se puede escapar de ella incluso en los
días destinados al descanso, hay que tomar cartas en el asunto.
Por eso, los profesionales del Centro de Estudios Especializados en
Trastornos de Ansiedad (CEETA), ofrecen algunos consejos para que las
vacaciones no sean motivo de estrés y se las pueda disfrutar en todo su
esplendor.
Otro tema actual, es la duración
de las vacaciones, las quincenas o meses completos de descanso quedaron en el
olvido, muchas veces son menos días con más escapadas en el año, o incluso los
fines de semana. Por eso es importante saber que “es productivo hacer una
escapada, a los fines del descanso, pero cuidado con las expectativas: no vamos
a lograr el descanso que logramos en vacaciones extensas, de la misma manera que
cuando se trata de pocos días”, explica la Lic. Gabriela Martínez Castro,
directora del Centro de Estudios
Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA).
“Los preparativos y
las congestiones vehiculares pueden ser graves causantes de estrés en una
pequeña escapada o incluso en cualquier tipo de viaje al descanso anhelado. Así
que atención a esto, disfrutar de las vacaciones desde el mismo momento que
salimos, incluso si nos toca congestión vehicular”, indica la Lic. Martínez
Castro.
Respecto a la cantidad de días
necesarios para poder concebir un buen descanso, la licenciada explica que “se
necesitan al menos quince días para lograr desconectarse: la primera semana aún
se continúa con la inercia de la sensación de obligaciones y preocupaciones, y
la segunda, se logra el verdadero descanso. Hay personas ansiosas o
preocupadizas, que frente a las preparaciones previas, consideran más relajante
quedarse en casa, lo cual de cierta forma, es verdadero”.
Por este motivo, también es
importante controlar el estrés que puede producir la etapa previa y realizar
los preparativos, “la preocupación de no olvidar nada, y la anticipación mental
de algún inconveniente/accidente durante el traslado o viaje nos estresa por
anticipado”.
Otro inconveniente puede llegar a
ser la cantidad de familiares o participantes del viaje: “cuando la escapada
incluye familia numerosa (cinco o más personas), resulta más estresante por la
cantidad de cosas a llevar, a no olvidar, y por la sensación de necesitar
satisfacer a tantas personas a la vez, en un corto período de tiempo”.
La Lic. Gabriela Martínez Castro
ofrece entonces una serie de tips para lograr desconectarse y aprovechar los
viajes realizados durante estos cortos períodos de tiempo:
·
Preparar las maletas con bastante
anticipación, para lograr el descanso desde antes de salir de mini-vacaciones.
·
Ser realista: pueden ocurrir
cuestiones que hagan que no todo sea perfecto, no poseer buen tiempo, no
cumplir con todas las actividades deseadas, no anticiparse negativamente a
hechos por suceder, como accidentes, peleas, etc.
·
Considerar que se dispone de pocos
días, con lo cual, el descanso también será limitado.
·
No viajar de noche, como
prevención de tensión nerviosa y accidentes.
·
E ingerir pequeñas dosis de
carbohidratos para disminuir la ansiedad de llegar, durante el viaje, que
debiera ser parte del descanso.
Además, sugiere:
·
Lograr colocarse límites a uno
mismo y a otros respecto del trabajo o las tareas pendientes (no ceder frente a
las demandas laborales que no respetan el tiempo vacacional).
·
Buscar actividades placenteras que
generen satisfacción personal, y puedan funcionar como «vehículo de descarga»
tensional: actividades físicas, sociales, o hasta mentales como juegos de
ingenio.
·
Mantener una alimentación
balanceada, combinándola con el placer de ingerir alimentos diferentes y de
sabor agradable, ya que tienden a disminuir los niveles de ansiedad.
·
Delegar en otros, desestimando la
falsa creencia «nadie lo hará mejor ni más rápido que yo».
·
No pretender generar cambios
radicales en la personalidad, «a partir de ahora, voy a dejar de ser una
persona ansiosa y me transformaré en buda.
·
Desconectarse de la tecnología
Estrés en vacaciones,
una contradicción recurrente
Estos consejos surgen porque cada
vez es mayor el número de personas que sufren de estrés, aún en el receso
vacacional. Para ellos, las vacaciones en vez de ser un momento para relajarse
y olvidarse de preocupaciones, pasan a ser todo lo contrario, ya que no logran
desconectarse de su actividad laboral cotidiana.
Según la especialista en el tema,
el estrés no se toma vacaciones, ya que es común observar hoy en día a personas
que se estresan más en el receso vacacional que en la abrumadora rutina laboral
del año.
“Hoy día, es más que frecuente
encontrar en nuestras consultas a pacientes que explican que su problema
comenzó durante sus vacaciones, que están nerviosos, angustiados y
sobresaltados, todo les preocupa, transpiran mucho, tienen taquicardia y problemas
para dormir. En ciertos casos, acompañan del relato de una crisis de pánico,
como corolario”, explica la Lic. Martínez Castro.
Algunos de los síntomas que se
pueden presentar en un cuadro de estrés son: irritabilidad, respuestas con
sobresalto, inquietud, insatisfacción, temores irracionales, enojos frecuentes,
dificultades en la interacción con otros, contracturas musculares, cefaleas,
ataques de pánico.
Para reducir los niveles de estrés
se pueden realizar respiraciones de atención plena para volver a estar en el
presente y encontrar la calma y tranquilidad; o alguna meditación de
Mindfulness que permita relajar la mente.
“El estrés que padecen este tipo
de pacientes, por no poder descargar la tensión, como normalmente lo hacen en
la actividad laboral aumenta, en muchos casos, el grado de ansiedad y, en
consecuencia sufren una serie de síntomas, tanto psíquicos como biológicos”,
continúa la directora de CEETA, y
agrega que “todo ello genera peleas y discusiones con el entorno social,
generalmente es el familiar, cuando se está de vacaciones, lo cual hace deponer
rápidamente el merecido descanso, el que ha quedado transformado en todo un
trabajo para sobrellevar”.
El perfil característico de este
tipo de personalidad es llamado workoholic o «trabajólicos», definidos como
«adictos al trabajo».
Para la Lic. Gabriela Martínez
Castro, Directora del Centro, “se trata de individuos ansiosos, hiper
exigentes, a quienes les es más sencillo cumplir de forma permanente con
obligaciones, que dejar de hacerlo. Esto último, en más de una oportunidad, les
genera más ansiedad, es decir, al vacacionar o «parar» con la actividad, quedan
sin el vehículo de descarga habitual, que es trabajar, lo cual termina
provocando más ansiedad y estrés que si continuaran con la vida cotidiana”.
Desde CEETA recomiendan conectarse con lo que uno no hace durante el año
como hacer más deportes, dormir un poco más, poder desenchufarse de las tareas
cotidianas y responsabilidades que llevan a estar más pendientes y más
ansiosos. No pretender realizar cambios bruscos y radicales en poco tiempo,
respecto a algún hábito que quiere cambiar. Y lo más importante es reconocer
que una vacación es un momento de ocio y recreativo y no pensar que el descanso
es una pérdida de tiempo, sino que es un tiempo para uno, para reconectarse y
para sentirse mejor y también aprovechar los fines de semana para descansar, no
solo las vacaciones. BP
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