Científicas de Córdoba estudian cómo derivados del
aceite de oliva y la vitamina C puede mejorar la administración cutánea de un
fármaco efectivo.
Obtenida hace más de 60 años a partir de bacterias
recogidas del suelo en Venezuela, la anfotericina B es un medicamento muy
eficaz para infecciones por hongos, como las candidiasis, y por parásitos, como
la leishmaniasis, una patología tropical que está cobrando importancia en el
norte del país. Sin embargo, un factor que limita su aplicación para
infecciones cutáneas es la resistencia que ofrece la piel para el ingreso de
ese fármaco.
Ahora, científicas del Centro de Investigaciones en Química Biológica de Córdoba (CIQUIBIC)
identificaron el mecanismo por el cual ciertas sustancias promueven la
permeación de la piel para mejorar la liberación de medicamentos en el sitio de
acción donde se los necesita.
«Nuestro objetivo actual es encontrar una nueva
nanoformulación que permita administrar de forma eficiente y efectiva la
anfotericina B para infecciones de la piel», explicó a la Agencia CyTA-Leloir la directora del avance, María Laura Fanani,
investigadora del CIQUIBIC, que
depende del CONICET, y también integrante
del Departamento de Química Biológica
‘Ranwel Caputto’ de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional
de Córdoba (UNC).
Fanani y su equipo demostraron que el ácido oleico,
el principal componente del aceite de oliva, y una familia de compuestos
derivados de la vitamina C cambian las propiedades mecánicas y la organización
de las membranas de lípidos que componen el estrato corneo, la parte de la piel
que más repele el agua. «Esta modificación permitiría que los medicamentos
contenidos en las preparaciones se incorporen y luego traspasen la piel»,
explicó la doctora en química egresada de la Facultad de Ciencias Químicas de la UNC.
Tal como revela la revista ‘Colloids and Surfaces B: Biointerfaces', las científicas de
Córdoba comprobaron in vitro que la aplicación de dosis precisas de ácido
oleico y derivados de la vitamina C vuelve más elásticas láminas artificiales
de lípidos que recrean la función de la membrana del estrato córneo de la piel.
También cambia la organización de los lípidos a nivel nanométrico, esto es, en
la escala de la millonésima parte de un milímetro.
El siguiente paso sería pasar a estudios en modelos
animales y, de tener resultados exitosos, propiciar el inicio de ensayos
clínicos. «Una gran ventaja en las preparaciones utilizadas es que uno de estos
compuestos derivados de la vitamina C está aprobado para su uso en tratamientos
médicos y es inocuo para la salud humana, lo que promete una rápida
aplicación», subrayó la científica cordobesa. Y agregó que la línea de
investigación también abre caminos que apunten a la liberación de otros
medicamentos.
Del avance también participaron las doctoras
Yenisleidy de las Mercedes Zulueta Díaz (primera autora del estudio) y Natalia
Nocelli, del CIQUIBIC y el Departamento
de Química Biológica Ranwel Caputto; y las estudiantes de bioquímica Karen
Menghi y María Laura Guerrero, de la Facultad
de Ciencias Químicas de la UNC. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario