viernes, 31 de enero de 2020

El hijo perfecto

En el tercer y último debate presidencial entre Clinton y Trump salió a relucir un tema delicado, en el que Hillary fue contundente: “Defenderé a Planned Parenthood. Defenderé los derechos de las mujeres a hacer sus propias decisiones sobre el cuidado de su salud. Yo no creo que el gobierno de Estados Unidos deba meterse y tomar decisiones que son personales”. Tema delicado. Sin embargo, existe otro tema de salud que sigue dividiendo el mundo de la medicina: el diagnóstico prenatal eugenésico.
Especialistas españoles en el ámbito sanitario y social -Esteban Rodríguez, Jaime Vilaroig y Salvador Mérida- acaban de publicar unos estudios con datos, estadísticas y reflexiones sobre este fenómeno que se extiende por Europa, Asia y América. Los doctores afirman: “La implantación de estrategias de selección prenatal está dando lugar a un número creciente de abortos eugenésicos. Los pocos afectados por síndrome de Down que nacen hoy son los supervivientes de una dura criba”.
Criba. Selección humana. Buscando al ‘hijo perfecto’. La BBC de Londres estrenó el pasado 5 de octubre un documental llamado “A World without Down's Syndrome” que generó toda clase de reacciones.
En Londres, el aborto de personas con el síndrome de Down ha aumentado un 25 por ciento. Y en las próximas semanas se discutirá un proyecto de ley que propone incorporar la ‘técnica de selección’ al Sistema Nacional de Salud. Hoy en día, en el Reino Unido nueve de cada diez diagnósticos positivos terminan en aborto. Pero en Islandia, el 100 por ciento de los embarazos en los que el feto ha sido diagnosticado con síndrome de Down han terminado en aborto. Caray, juegan bien al futbol y dan bien su grito pero de ética y moral...
La actriz inglesa Sally Phillips, madre de tres hijos, uno de ellos con síndrome de Down, es portavoz del respeto a la vida y entrevista en el documental a doctores especialistas que hacen lo que hicieron con ella: recitar una lista de problemas médicos que vendrán si el bebé nace. La lista las espanta, las abruma. Y se inclinan a interrumpir el embarazo.
El error es garrafal: ¿dónde queda la contraparte? ¿Dónde están los que pueden decirles que estos niños y sus padres pueden ser felices también, aunque el camino tenga dificultades? En nuestros días, con el avance trepidante de la ciencia, un análisis de sangre materna a partir de la duodécima semana de embarazo permite saber si hay elevada probabilidad de que el feto tenga trisomía 21. Si es así, los expertos recomiendan una prueba invasiva: la biopsia corial o amniocentesis, que a su vez implican riesgo de aborto.
En unos años, no le bastará al mundo de la ciencia y de la medicina ‘eliminar’ desde el vientre materno lo que no es ‘perfecto’, según los cánones de una humanidad que va perdiendo la sensibilidad para apreciar la verdadera belleza de una vida humana.
Los PrenaTest autorizados en Alemania, Suiza y Austria no tardarán en detectar otras anomalías o deficiencias en el feto que permitan destruir la vida porque no es ‘perfecta’. Y así como los espartanos en la antigua Grecia despeñaban a los recién nacidos ‘no aptos’ después de una inspección visual desde el Monte Taigeto, estamos ahora haciendo lo mismo.
La mayor bendición en mi vida, además de mi vocación sacerdotal, es mi hermano Mauri, nacido con Síndrome de Down, grado profundo. Gracias a él, conocí desde niño el valor del amor puro sin límites. ¿Y se puede atrever alguien a decirme que mi hermanito, el mayor regalo de Dios en nuestra familia y que cambió nuestras vidas, es un defecto de la humanidad? Por favor, ¿de qué humanidad estamos hablando?
En fin, me quedo más que mudo, y termino con una frase de la canción ‘Vincent’ que siempre me recuerda a mi hermanito y a cualquier discapacitado: “This world was not prepared for one as beautiful as you”. JPO

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