La clave para una vida larga y un cerebro sano,
según un estudio con ratones de la Universidad
de Sídney, es una dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos. Este
estudio, realizado en el Centro Charles
Perkins, se publicó en la revista Cell
Reports y muestra mejoras en la salud general y la salud del cerebro, así
como también en el aprendizaje y la memoria, entre ratones alimentados con una
dieta sin restricción baja en proteínas y alta en carbohidratos.
El autor principal Devin Wahl dice: “Actualmente no
hay tratamientos farmacéuticos efectivos para la demencia, podemos retrasar
estas enfermedades, pero no podemos detenerlas, por lo que es emocionante que
estamos comenzando a identificar las dietas que están afectando la edad del
cerebro”.
Por primera vez, la investigación muestra que las
dietas sin restricciones bajas en proteínas y altas en carbohidratos tienen
beneficios protectores similares para el cerebro que la restricción calórica,
que es conocida por sus beneficios de longevidad, pero no es sostenible en
humanos. “Tenemos cerca de 100 años de investigación de calidad que ensalzan
los beneficios de la restricción calórica como la dieta más poderosa para
mejorar la salud del cerebro y retrasar la aparición de enfermedades
neurodegenerativas en roedores”, dice Wahl.
“Sin embargo, la mayoría de las personas tienen
dificultades para restringir las calorías, especialmente en las sociedades
occidentales, donde los alimentos están disponibles tan fácilmente. Esto nos
demuestra una gran premisa que hemos podido replicar el mismo tipo de
cambios genéticos en la parte del cerebro responsable de la memoria que también
vemos cuando restringimos severamente las calorías”.
De acuerdo con el autor principal, el profesor
David Le Couteur, numerosas culturas, incluidas las que viven mucho en Okinawa,
Japón, y muchas partes del Mediterráneo han observado durante mucho tiempo esta
mezcla. En Okinawa, alrededor del 9% de las proteínas provienen del pescado
magro, la soya y las plantas, con muy poca carne. Una de sus principales
fuentes de carbohidratos es la batata (camote).
En el estudio actual, los investigadores
alimentaron a los ratones con carbohidratos complejos derivados de la proteína
de almidón y caseína, que se encuentra en el queso y la leche. Esto evaluó los
beneficios cerebrales de la dieta. Los investigadores se centraron en el
hipocampo: esta región del cerebro es responsable del aprendizaje y la memoria.
El profesor Couteur, profesor de medicina geriátrica de la Universidad de Sídney, dice: “El hipocampo suele ser la primera
parte del cerebro que se deteriora con enfermedades neurodegenerativas como el
Alzheimer. Sin embargo, la dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos
parecía promover la salud y la biología del hipocampo en los ratones, en
algunas medidas en un grado aún mayor que los de la dieta baja en calorías”.
A esta última investigación le sigue un estudio de
2015 del Centro Charles Perkins de la
Universidad de Sídney. El estudio
mostró que una dieta baja en proteínas y alta en carbohidratos podría ser tan
efectiva como una dieta baja en calorías para promover una larga vida en
ratones tanto para el corazón y como para la salud digestiva. JQ
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