Mientras se espera la evolución del intendente de
Lomas de Zamora, que fue transfundido con plasma de una persona recuperada de
coronavirus, el ensayo clínico a cargo del Gobierno de la Provincia de Buenos
Aires para probar la efectividad de ese potencial tratamiento sigue generando
esperanza: desde que comenzó el protocolo terapéutico se infundieron 147
pacientes. De ese total, 79 experimentaron una alentadora mejoría y 20 se recuperaron
por completo y fueron dados de alta.
Al jefe comunal de Lomas, Martín Insaurralde,
comenzaron a tratarlo con esta novedosa 'terapia' anoche en el hospital de
Lavallol y según se informó oficialmente, «se siente mejor, está afebril y
comió». Se espera que, como ocurrió en la mayoría de los casos que se estudian
en el marco del 'Protocolo Provincial de Investigación sobre Plasma de
Convalenciente de COVID-19', los anticuerpos presentes en ese componente
sanguíneo contribuyan con su recuperación.
No obstante, los expertos que forman parte del
estudio que se inició hace un mes son cautos. La directora provincial de
Hemoterapia, Nora Etchenique, está a cargo del Instituto del ministerio de
Salud bonaerense que se encarga de las extracciones y la elaboración de las
unidades de plasma para su distribución. Advirtió que «hay que evaluar varias
cosas todavía para decir que éste es un tratamiento», y explicó que «estamos
ante una enfermedad nueva, que tiene solo seis meses y se conoce muy poco, pero
lo que sí se sabe es que la gente que se recuperó formó anticuerpos contra el
coronavirus y, también, que el pico máximo de formación de anticuerpos se da a
los 40 días de haber contraído el virus, cuando ya pasaron los síntomas y la
persona está bien».
La especialista explicó que en el país existe una
larga experiencia en el uso terapéutico del plasma a partir de la Fiebre
Hemorrágica Argentina, enfermedad provocada por el virus Junín. La terapia para
combatirla fue creada y publicada por el médico e investigador argentino Julio
Maiztegui a principios de la década del 70 y también se obtiene a partir de
anticuerpos presentes en el plasma de pacientes recuperados: «Gracias a este
tratamiento la letalidad de la fiebre hemorrágica pasó de un 30 a un 3%».
Alianza de
sangre
Cuando pase 'todo esto', Sandra González, enfermera
del hospital provincial de Pacheco, quiere conocer a Magdalena, su 'salvadora'.
«Me gustaría tanto agradecerle personalmente», dijo esta mujer y madre de 4
hijas. Después de 21 días de internación en el hospital Magdalena V. de
Cordero, en el partido de Tigre, volvió el domingo a su casa y 'las chicas' la
recibieron con globos y carteles de bienvenida. «Me extrañaron mucho, no
pensaron que iban a ser tantos días».
Magdalena Lamenza, es la médica ginecóloga que,
tras sufrir un cuadro leve de coronavirus, le donó plasma. Sus anticuerpos
fueron una bendición para Sandra: «Es que yo tenía miedo de morirme, la tos era
constante, andaba fatigada, agotada, no podía ni caminar del cansancio de
toser», se acuerda. Y contó que «al plasma te lo pasan como a un suero, me lo
pusieron un domingo a la madrugada y, 3 horas más tarde, pude dormir sin tos»,
dijo y transmitió el alivio que significó volver a descansar. «Me sentí mejor
muy rápido, por eso quisiera agradecerle a Sandra y también pedirle a todos los
recuperados que puedan donar que lo hagan».
Su donante, Magdalena, no lo duda: ya donó en dos
oportunidades y sabe que cada donación puede salvar hasta cuatro vidas. «Voy a
volver a hacerlo todas las veces que pueda y ojalá que se sumen los demás
recuperados, es una gran alegría poder ayudar más en momentos como estos en que
la solidaridad y la conciencia son tan importantes». BP
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