En situaciones de emergencia como estas, los médicos administrarán un ciclo de medicamentos anticoagulantes a un paciente, que disolverán el coágulo de sangre diluyendo la sangre. Estos medicamentos, como la warfarina o la heparina, por ejemplo, también se recetan a pacientes que tienen un mayor riesgo de desarrollar un coágulo sanguíneo potencialmente mortal. El inconveniente de estos anticoagulantes es, como se mencionó anteriormente, que aumentan el riesgo de sangrado abundante, hematomas y posiblemente incluso hemorragia interna en estos pacientes, especialmente cuando se administran después de la cirugía y en situaciones de emergencia.
Por lo tanto, durante años, los investigadores han estado tratando de encontrar alternativas a estos medicamentos peligrosos y, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Ecole Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL) en Suiza, es posible que hayan encontrado un candidato probable.
Un nuevo enfoque para los medicamentos anticoagulantes
Los científicos notaron por primera vez el potencial de este nuevo enfoque para adelgazar la sangre cuando descubrieron que algunos humanos carecen naturalmente de FXII. Curiosamente, estas personas tienen un riesgo mucho menor de desarrollar trombosis, pero al mismo tiempo, no sangran más que otras personas. Como resultado, los investigadores han diseñado y perfeccionado un inhibidor de FXII fabricado en laboratorio llamado FXII618, que evita la formación de proteínas y, por lo tanto, es capaz de evitar la formación de coágulos de sangre.
Una vez que se creó la molécula, los investigadores pasaron a realizar pruebas en modelos animales para medir la dosis y evaluar la seguridad del medicamento. Después de esta primera ronda de pruebas en ratones, conejos y cerdos, se descubrió que el fármaco no era tóxico. Otros experimentos de trombosis con modelos de ratón y un modelo de conejo de un pulmón artificial revelaron además que el medicamento era de hecho 5 veces más efectivo para prevenir la coagulación que la heparina, un anticoagulante común, pero sin sangrado como efecto secundario. Esto significa que el nuevo medicamento es un anticoagulante superior y no causa sangrado. Estos hallazgos son extremadamente significativos y los investigadores pueden comenzar las pruebas en humanos muy pronto.
Además de ser un buen tratamiento potencial para los coágulos de sangre, los investigadores también ven otros usos potenciales no menos impresionantes del fármaco en otras afecciones médicas relacionadas con el FXII, a saber, la enfermedad de Alzheimer, la esclerosis múltiple y el angioedema hereditario. Dicho esto, los investigadores señalan que este nuevo tratamiento no podrá prescribir FXII618 como un tratamiento en el hogar, ya que los médicos deben volver a administrar el tratamiento con frecuencia y no se puede tomar por vía oral.
Por lo tanto, en este momento, este nuevo medicamento probablemente se limitará a la atención hospitalaria de emergencia, como la cirugía de bypass. Aún así, el nuevo tratamiento es muy prometedor y puede ser el próximo gran paso en el tratamiento de la trombosis. JQ
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