Bajas en calorías:
La
arveja o Pisum sativum pertenece,
como la lenteja o la soja, a la familia de las leguminosas. Al igual que otras
legumbres, la historia de su consumo es milenaria. El valor nutricional de la
arveja es destacable, sobre todo teniendo en cuenta que tiene un menor aporte
calórico que otras legumbres. Así, por cada 100 gramos aporta unas 80 calorías.
Vitaminas en abundancia:
Con 150 g se cubren dos
tercios de las necesidades diarias de las vitaminas C y K y casi el 10% de
vitamina A. La arveja se destaca especialmente en vitamina B1, lo cual influye
en el buen estado de ánimo. Doscientos gramos de arvejas cubren las dos
terceras partes de la cantidad diaria recomendada. En cuanto a los minerales,
150 g completan la cuarta parte de las necesidades de hierro, la quinta de las
de fósforo y la sexta de las de magnesio.
Anticolesterol:
El consumo habitual de arvejas
ayuda a controlar el colesterol. Otro efecto de esta fibra soluble es que
reduce la absorción del colesterol LDL (el malo) y de grasas saturadas que
forman placas de ateroma en las arterias. Las arvejas son vasodilatadoras, una
importante prevención para la salud cardiovascular.
Buena para los chicos:
Favorecen el desarrollo y la
regeneración. Debido a la abundancia de proteínas, las arvejas tiernas resultan
especialmente adecuadas en las épocas de crecimiento, gestación, infancia y
adolescencia, y para la renovación celular en las personas adultas.
Previenen la anemia:
Cien gramos de arvejas cubren
el 10% de las necesidades de hierro en las mujeres y la sexta parte en los
hombres. Gracias a su elevado índice de vitamina C y de ácido fólico se
facilita su absorción, de modo que son una prevención frente a la anemia.
Para Diabéticos:
A pesar de su dulzor, las
arvejas son muy adecuadas para las personas diabéticas por su riqueza en
pectina, una fibra soluble que reduce el ritmo de la digestión y favorece una
absorción gradual de la glucosa, lo que beneficia al páncreas y la producción
de insulina.
Actúan contra el estreñimiento:
También evitan la acumulación
de sustancias potencialmente cancerígenas, facilitando la evacuación. Pero al
ser menos ásperas que otras leguminosas, las arvejas no provocan digestiones
pesadas.
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