Aunque está comprobado que todas las vacunas son efectivas y seguras, en
algunos países se está presentado un nuevo síndrome de trombocitopenia
trombótica inmunitaria inducida por vacunas (VITT) y ha surgido como un efecto
secundario poco común de la vacunación contra COVID-19.
La trombosis es el proceso de formación de un coágulo de sangre, también
conocido como trombo, en un vaso sanguíneo. Este coágulo puede bloquear u
obstruir el flujo sanguíneo en el área afectada, así como causar complicaciones
graves si el coágulo se mueve a una parte crucial del sistema circulatorio,
como el cerebro o los pulmones.
«La trombosis post vacunación luego de la inmunización contra el
SARS-COV-2, es un raro fenómeno que presenta plaquetopenia y trombosis en
sitios inusuales, con una mortalidad entre 20-40 % de los casos. El fenómeno
trombótico parece ser semejante al que ocurre con el uso de la heparina
sódica», explicó la Dra. Ester Rosenfeld.
La hematóloga aclaró que esto constituye un nuevo fenómeno denominado “trombocitopenia
trombótica inmune inducida por vacuna”, que ha surgido como un efecto
secundario poco común tras la vacunación. «La trombosis se caracteriza por asociarse
a una caída del recuento plaquetario que puede llegar a 20-30.000/mm. Esto se
debe a que existiría una activación plaquetaria mediada por anticuerpos IGG,
dirigidos contra el Factor IV plaquetario, la plaqueta una vez activada se
deposita en el endotelio vascular y genera la trombosis. En el laboratorio se
observa elevación del Dimero D, hay consumo y por lo tanto los factores de
coagulación disminuyen, y el número de plaquetas baja por debajo de
150.000/mm».
Los síntomas suelen ocurrir en los senos cerebrales y en el territorio
esplácnico entre los 4 y 24 días post vacunación. Puede tratarse de casos
graves, incluso con un 40% de mortalidad y por lo general suele ocurrir en
pacientes femeninas jóvenes que no presentan antecedentes de trombosis o trombofilia.
«La clínica de presentación puede ser similar al de cualquier evento
trombótico, incluso las secuelas de los mismos. La prueba confirmatoria se
obtiene por el dosaje de anticuerpos contra el Factor IV de las plaquetas, a
través del método ELISA», advirtió la especialista.
Asimismo, la especialista de DIM Centros de Salud informó que las
vacunas que mayormente pueden generar este tipo de episodios en los pacientes
son AstraZeneca y Johnson & Johnson. «Ambas vacunas comparten la misma base
viral recombinante de adenovirus tipo26 de chimpancé, no replicativo. Con las
otras vacunas usadas en Argentina Sputnik V y Sinopharm no se han registrado
episodios de trombosis, y tampoco con las de Pfizer y Moderna».
Es importante señalar que la incidencia de estos episodios no se conoce
exactamente, pero en Alemania se estima que ocurre en 1 de cada 100.000
personas vacunadas. En la Argentina no se ha detectado ningún caso de trombosis
hasta el momento. «Todas estas vacunas reducen el riesgo de mortalidad por COVID-19.
El tratamiento incluye anticoagulación, infusión de inmunoglobulina endovenosa
y corticoides para bloquear la respuesta inmune. No se recomienda la
transfusión de plaquetas. La fisiopatología trombótica descripta para estas
vacunas no se relaciona con los antecedentes de trombofilia o trombosis
ocurridas previamente. Esta es una entidad inmunológica cuyo gatillo está en el
vector viral, por lo cual pacientes anticoagulados por trombosis previas o
portadores de trombofilia pueden vacunarse», concluyó. BP
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