La mayoría de los mensajes de salud pública de los últimos
años se han centrado en concientizar sobre los peligros de la exposición
excesiva al sol. Pero, no debemos olvidar que pequeñas cantidades de sol,
especialmente temprano en el día, también pueden aportar distintos beneficios.
¿Cuánto sol es suficiente?
A menos que existan contraindicaciones para la exposición a la luz
solar, pasar unos minutos al aire libre, de 3 a 15 las personas de piel clara y
de 15 a 30 las personas de piel oscura, es suficiente. Además, hay que hacerlo
cuando el sol está más alto en el cielo y con el 40% del área de la piel
expuesta. Sin embargo, siempre debes consultar con tu médico sobre lo que es
correcto para ti.
Protección
El doctor Robert S. Stern, del Departamento de Dermatología del Beth
Israel Deaconess Medical Center afiliado a Harvard, destaca que entre el culto
al sol y el terror hay una manera intermedia que incluye usar un protector
solar con un factor de protección (FPS) de al menos 15 cuando estás afuera por
un período prolongado y, además, llevar un sombrero y una camisa.
Un número cada vez mayor de científicos temen que los
esfuerzos para proteger al público de la exposición excesiva a la radiación UV
puedan estar eclipsando investigaciones que demuestran los diversos beneficios
de promoción de la salud de la exposición solar moderada.
Por este motivo, un aspecto central es cómo destacar los pros
y los contras de la exposición al sol de una manera equilibrada. Los mensajes
deben necesariamente tener en cuenta las variaciones en la pigmentación de la
piel entre los grupos y las diferentes susceptibilidades de estos a los
peligros y beneficios de la exposición al sol. Cuando se lo hace con cuidado y
moderación, se pueden obtener ciertas bondades:
Vitamina D
La contribución más conocida de la luz solar es su capacidad para
aumentar la producción de vitamina D en nuestro organismo. La mayoría de los
casos de deficiencia de vitamina D se deben a la falta de exposición solar al
aire libre. Estar tan sólo cinco minutos al sol es suficiente para evitar esta
deficiencia. La principal
función de la vitamina D es mantener en grados normales los niveles de calcio y
fósforo en sangre. También ayuda en la absorción del calcio, lo que contribuye
a formar y mantener huesos fuertes. Diversas investigaciones señalaron que la vitamina
D puede brindar protección contra la osteoporosis, hipertensión, cáncer y
varias enfermedades del sistema inmunitario.
En los niños, la deficiencia de vitamina D provoca
raquitismo, lo que a su vez produce deformaciones esqueléticas. En los adultos,
la deficiencia de vitamina D puede causar osteomalacia, lo cual provoca
debilidad muscular además de debilidad ósea.
Bienestar emocional
La luz del sol también influye en nuestro bienestar emocional y, por el
contrario, la falta de luz natural provoca un desequilibrio bioquímico en el
hipotálamo en nuestro cerebro.
Por ejemplo, el trastorno afectivo estacional (SAD) es una
forma de depresión que se presenta a medida que se acerca el invierno y las
horas de luz se van reduciendo. Cuando la primavera regresa y los días vuelven
a ser más largos, las personas que padecen del SAD experimentan alivio de sus
síntomas y su estado de ánimo y nivel de energía se normalizan.
Psoriasis
La fototerapia, que combina la luz ultravioleta natural producida por el
sol y la luz ultravioleta artificial se recomienda con frecuencia para tratar
la psoriasis, una enfermedad de la piel que causa descamación e inflamación.
Ictericia
La ictericia en recién nacidos sucede cuando un bebé tiene un alto nivel
de bilirrubina en la sangre, esto provoca que la piel y la esclerótica de los
ojos del bebé luzcan amarillas. Poner al bebé a la luz del sol detrás de una
ventana, para filtrar los tipos dañinos de rayos, puede ayudar a eliminar la
bilirrubina, en los casos leves. HD
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