El trabajo remoto, el confinamiento y un menor
nivel de movilidad y actividad física programada, en gran parte debidos a la
pandemia por COVID-19, han generado en los especialistas una nueva
preocupación: el riesgo aumentado de sufrir una trombosis, sobre todo en
mayores de 50 años.
La trombosis consiste en la formación de un coágulo (trombo) en una
arteria o vena, que puede ralentizar o bloquear el flujo sanguíneo normal o
incluso desprenderse y viajar a otro órgano, con riesgo de producir un
taponamiento (embolia) y desencadenar un infarto, ACV o tromboembolismo venoso,
todas urgencias médicas de gravedad.
El Grupo Argentino de Hemostasia y Trombosis (Grupo CAHT) y la Sociedad
Internacional de Trombosis y Hemostasia (ISTH por su sigla en inglés)
recomiendan estar atentos a este conjunto de enfermedades circulatorias que son
prevenibles, pero que desatendidas pueden desencadenar episodios invalidantes y
potencialmente mortales.
«Desde el inicio de la pandemia, se redujo considerablemente la
movilidad de todos los habitantes de nuestro país, se vio menos gente en la
calle, los barrios tradicionalmente laborales con poco movimiento, se redujeron
los viajes en subterráneo o en colectivo, la mayoría se inmovilizó en sus casas
y abandonó la costumbre de concurrir a su trabajo o reunirse con familiares y
amigos; si bien es una situación que afortunadamente poco a poco va volviendo a
la normalidad prepandémica, nuestra voz de alerta se dirige mayoritariamente a
quienes hayan perdido su nivel de movilidad física a causa del confinamiento y
el sedentarismo (factor de riesgo de trombosis) y queremos incentivarlos a
retomar y aumentar la actividad diaria para prevenir el envejecimiento y
mejorar su salud vascular», afirmó el Dr. Miguel Castro Ríos, médico
hematólogo, Coordinador de la Comisión Directiva del Grupo CAHT.
«Si bien personas de cualquier edad pueden sufrir un coágulo sanguíneo,
la inmovilidad -generalmente asociada a cirugías o internaciones- es uno de los
principales factores de riesgo para desarrollarlo. También incrementan el
riesgo poseer algún familiar directo que haya tenido una trombosis sin causa
aparente, el consumo de tabaco y de alcohol, y la obesidad. Los individuos con
obesidad tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades de presentar un trombo»,
sostuvo la Dra. Dolores Puente, médica hematóloga, coordinadora del Comité
Organizador del Día Mundial de la Trombosis del Grupo CAHT.
«Particularmente, en las mujeres aumenta también el riesgo, el uso de
medicaciones que contienen hormonas -como los anticonceptivos orales y las
terapias de reemplazo- o haber dado a luz un bebé recientemente», insistió.
Los especialistas destacan que, a partir del inicio de la pandemia, no
solo se ha notado una disminución en las rutinas de actividad física producida
por el trabajo remoto (home office), sino también conductas sedentarias como
ver películas desde la casa y estar mucho tiempo frente a la computadora u
otras pantallas. En muchas personas todo esto se acompañó de un incremento del
peso corporal: según un relevamiento llevado a cabo entre octubre y noviembre
de 2020 por la consultora Ipsos, 4 de cada 10 argentinos subieron en promedio
7,5 kg a causa de la pandemia, un 28% manifestó haber disminuido el ejercicio
físico y el 5% reconoció haberse iniciado en el tabaquismo.
Claves
para moverse más y evitar trombos
Entre las principales recomendaciones de los especialistas para combatir
la inmovilidad y disminuir el riesgo de cualquier tipo de trombosis, se
destacan:
·
Caminar por
lo menos 30 minutos al día, sobre todo en aquellos mayores de 50 años y/o
sometidos a escasa actividad. Preferentemente a un ritmo apurado, como si
estuviese llegando tarde a un compromiso.
·
Idealmente
salir a la calle. La luz del día y una mayor toma de oxígeno contribuirán a
hacer más extensas y más saludables las rutinas. No olvidar cumplir con todos
los protocolos de cuidado de contagio del coronavirus SARS-CoV-2.
·
Obligarse a
realizar pausas activas en el trabajo de 5 minutos como mínimo cada 90. Puede
hacer ejercicios que involucren brazos y piernas acorde con su condición
física, pero no deje de caminar, incluso en el interior de su domicilio.
·
Beber
abundante agua e incluir en la dieta frutas y verduras regularmente.
·
No fumar.
Cómo
actuar ante los síntomas de trombosis
«Por supuesto que, ante signos como dolor, calor o enrojecimiento de
piernas o pies, y malestares generales como aquellos específicos a un problema
coronario o un ACV, se recomienda comunicarse urgente con los servicios de
emergencias o concurrir de inmediato al centro asistencial más cercano», agregó
el Dr. Castro Ríos.
Desde el Grupo CAHT estiman que 1 de cada 4 fallecimientos en todo el
mundo es producido por enfermedades causadas por trombosis. Según el último
informe de Estadísticas Vitales del Ministerio de Salud de la Nación
correspondiente al año 2019, fallecen en la Argentina 97.264 personas cada año
por enfermedades el sistema circulatorio, entre las que se incluyen las
hipertensivas, las isquémicas del corazón, la insuficiencia cardíaca, las demás
enfermedades del corazón, las cerebrovasculares, la aterosclerosis y las demás
enfermedades del sistema circulatorio. Este valor representa el 30,5% del total
de fallecimientos por causa ‘definida’ (318.477) en nuestro país y el 28,5%
sobre el acumulado de fallecimientos por todas las causas.
Tipos
de trombosis
Las trombosis normalmente se clasifican según el lugar del cuerpo en el
que se producen. Están las trombosis venosas y las trombosis arteriales,
dependiendo de si el coágulo se desarrolla en una vena o en una arteria. Ambas
se originan mediante mecanismos fisiológicos similares influidos por factores
de riesgo adquiridos o heredados.
El tromboembolismo venoso (TEV) es una afección en la que los coágulos
de sangre se forman con mayor frecuencia en las venas profundas de la pierna,
conocida como trombosis venosa profunda (TVP), y pueden viajar en la
circulación y alojarse en los pulmones, conocida como embolia pulmonar (EP).
Por su parte, el tromboembolismo arterial ocurre generalmente debido a
la acumulación de depósitos de grasa o calcio (placa) en las paredes de las
arterias. Cuando esa placa se desprende, puede generar un trombo que viaje por
el torrente sanguíneo hasta detenerse y obstruir el normal flujo de la sangre.
Si eso sucede en las arterias que suministran sangre al corazón, puede producir
un infarto y si ocurre en las arterias del cerebro, un ataque cerebral o
stroke. BP
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