El síndrome de la cara vacía es un conjunto de síntomas relacionados con la ansiedad que pueden aparecer, en mayor o menor grado, ante la retirada del barbijo. Este síndrome puede provocar sentimientos de angustia, preocupación y sensación de agitación. Incluso causar también síntomas físicos como taquicardia, sensación de falta de aire, tensión muscular, mareo. En definitiva, todas señales relacionadas con la ansiedad por el sentimiento de desprotección frente al virus que puede generar el quitarse la mascarilla en la calle.
Compartir, ayudar y motivar son las prioridades de este blog, tratando de iluminar el camino de nuestros semejantes con nuestra pequeña luz interior, basados en tres pilares fundamentales: "Respeto, Humildad y Honestidad"
martes, 5 de octubre de 2021
Síndrome de la cara vacía: Superar el miedo a sacarse el barbijo…
La pandemia nos obligó a usar más de un año un elemento impensado
en nuestras caras: el barbijo. Nos costó muchísimo acostumbrarnos y ahora, ante
la posibilidad de que dejen de ser obligatorios en los espacios abiertos
(mientras se respete la distancia social), se sucede una gran variedad de
reacciones emocionales en las personas: lo que para muchos era un momento
esperado, para otros es todo lo contrario.
De qué se
trata:
Los síntomas:
•
Sentimiento de vulnerabilidad y desprotección al ir sin barbijo.
•
Ansiedad, miedos, sentirse expuesto, etc. por llevar la cara al descubierto.
•
Rechazo del contacto social o evitación de ciertas situaciones. Existen
básicamente dos miedos subyacentes a este síndrome:
•
Miedo obsesivo al contagio.
•
Miedo a mostrarse personalmente ante los demás. Según cuál sea el origen, el
tratamiento requerirá un enfoque diferente.
Por qué se produce:
Con
el inicio de la pandemia, inmersos como estábamos en una situación de total
incertidumbre y miedo, asimilamos que “barbijo = protección”. De la
misma manera, “No barbijo = desprotección”. El problema empieza cuando
este significado se mantiene a pesar de que las circunstancias cambien y la
amenaza o peligro que nos llevó a hacer la asociación haya desaparecido o sea
mucho menor. Si no hay peligro o el riesgo es mínimo, el barbijo deja de ser
una defensa. También por asociación, la protección no sólo se aplica al virus,
sino que también se puede ampliar su significado a un ámbito emocional. La
mascarilla entonces se convierte en una protección psicológica, una barrera que
impide mostrarnos a nosotros mismos, nuestras expresiones, defectos, etc. Es la
mascarilla como ocultación. Algunas personas tienen más probabilidades de
desarrollar el síndrome de la cara vacía. Por ejemplo, perfiles ansiosos de
base o personas que ya han tenido algún episodio previo relacionado con
ansiedad, personas que sufren hipocondría, agorafobia, ataques de pánico o ansiedad.
Consejos contra esta fobia:
• Tiempo
para adaptarnos: entender que lo que nos está pasando es
normal y que sencillamente conlleva un tiempo, los sentimientos y síntomas que
apreciamos pueden darse al principio, pero con el tiempo irán desapareciendo. Todos
necesitamos un tiempo de adaptación ante los cambios, sobre todo a la hora de
plantear modificaciones en aprendizajes que han salvaguardado nuestra
supervivencia, por lo que es muy importante respetar los tiempos de cada
persona. La rapidez con la que lo hagamos dependerá de características de
personalidad. También ocurrió luego de la cuarentena con lo que se llamó el
síndrome de la cabaña: la dificultad de quedarnos en casa luego se transformó
en miedo a salir.
• Hacerlo de forma gradual:
cuando el miedo es muy elevado es muy importante exponerse paso a paso.
Conviene empezar por quitarse el barbijo en lugares muy amplios al aire libre,
donde apenas hay gente, para ir pasando progresivamente a lugares algo más
concurridos. Progresivamente, iremos aumentando los tiempos de exposición, pero
sin prisa, de manera paulatina. Además, hay que tener en cuenta que en lugares
cerrados aún no es conveniente quitarse la mascarilla.
• Pensar en las ventajas: tener
en cuenta los aspectos positivos de ir quitándonos el barbijo puede ayudarnos.
La cara tiene miles de músculos faciales que dan lugar a los gestos y
microgestos, estos nos dan una información valiosísima sobre cómo se encuentra
el otro, y es fundamental para generar vínculos y la socialización. También
nuestras relaciones sociales se beneficiarán al dejar el barbijo, lo que es una
motivación muy fuerte, sobre todo cuando empieza a experimentarse ese
beneficio.
Recomendaciones
para volver a la normalidad:
• Recordar
ante todo que no estamos obligados a ir sin barbijo, se lo puede seguir llevándolo cuando queramos o llevarlo a mano
si nos ponemos nerviosos.
• Abandonar las conductas evitativas exponiéndonos gradualmente. Hacer una lista de situaciones, de menos a más amenazantes.
Empezar por las más fáciles e ir subiendo progresivamente el grado de
dificultad.
• Reestructurar los pensamientos irracionales, teniendo en cuenta el contexto. No es lo mismo si estamos o no
vacunados, si tenemos una o dos dosis, si tenemos personas de riesgo a nuestro
cargo o no, etc.
• Recordar que la mascarilla es una barrera. Igual que nos protege, también nos distancia de los demás. Ver
las caras nos ayuda a regular nuestras emociones.
• Tener en cuenta los beneficios: respirar mejor, menos calor, ver bien.
• Hacer un ritual de despedida: escribir algo en la mascarilla, quemarla, enterrarla en un lugar
simbólico, etc.
Etiquetas:
Salud
Ubicación: La Pampa, Argentina
La Pampa, Argentina
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario