Investigadores estadounidenses han evaluado el impacto
de este tipo de dieta en pacientes con esclerosis múltiple recurrente-remitente
y presentarán los resultados en la reunión anual de la Academia Americana de
Neurología.
Una dieta cetogénica, consistente principalmente en
alimentos como la carne, el pescado, los huevos, la nata líquida, la
mantequilla, los aceites y las verduras sin almidón -como las vainas de
guisantes, las zanahorias, el brócoli y los pimientos-, puede ser segura para
las personas con esclerosis múltiple.
Es lo que se desprende de un estudio preliminar que se presentará en la
próxima reunión anual de la Academia Americana de Neurología (AAN) que se
celebrará en persona en Seattle del 2 al 7 de abril y virtualmente del 24 al 26
de abril. El estudio preliminar también encontró que las personas con
esclerosis múltiple pueden experimentar menos fatiga y depresión, y tener una
mejor calidad de vida mientras siguen este tipo de dieta.
“Una dieta cetogénica, que es alta en grasas, adecuada
en proteínas y baja en carbohidratos, permite al cuerpo utilizar la grasa como
su principal fuente de energía en lugar de los azúcares, imitando así un estado
de ayuno”, explicó el autor del estudio J. Nicholas Brenton, de la Universidad
de Virginia (Estados Unidos).
“Una dieta cetogénica ayuda a reducir los niveles de
azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2 -añadió- y a mejorar el
control de las convulsiones en personas con epilepsia. Sin embargo, no se ha
estudiado bien en personas con esclerosis múltiple. Los cambios en la dieta
pueden ser una forma económica de mejorar la salud en general, por lo que
nuestro estudio exploró si seguir una dieta cetogénica es seguro, tolerable y
beneficioso para las personas con esclerosis múltiple”.
En el estudio participaron 65 personas diagnosticadas de esclerosis
múltiple recurrente-remitente. Los participantes siguieron una dieta cetogénica
durante 6 meses. Se les indicó que consumieran de 2 a 3 comidas cetogénicas al
día, consistentes en una o dos raciones de proteínas bajas en carbohidratos,
como huevos, pescado o carne, junto con 2 o 4 cucharadas de grasa, como
mantequilla, aceite, aguacate, ghee o nata espesa, y 1 o 2 tazas de verduras
sin almidón, como pepinos, verduras de hoja verde o coliflor. También se
permitían los tentempiés, siempre y cuando los participantes siguieran la
cantidad máxima diaria de carbohidratos de 20 gramos. El cumplimiento de la
dieta se controló mediante análisis de orina diarios para medir las cetonas,
metabolitos producido por el cuerpo cuando quema grasas. El 83% de los
participantes cumplió la dieta durante todo el periodo de estudio. Los participantes
completaron pruebas y encuestas antes de empezar la dieta y de nuevo a los 3 y
6 meses mientras seguían la dieta para medir el nivel de discapacidad y la
calidad de vida.
Los investigadores descubrieron que los participantes no solo tenían
menos grasa corporal después de 6 meses, sino que también presentaban un
descenso en las puntuaciones de fatiga y depresión.
“Nuestro estudio proporciona pruebas de que una dieta
cetogénica puede ser realmente segura y beneficiosa, reduciendo algunos
síntomas para las personas con esclerosis múltiple, cuando se utiliza durante
un período de seis meses -declaró Brenton-. Sin embargo, se necesita más
investigación porque existen riesgos potenciales asociados a las dietas
cetogénicas, como cálculos renales, problemas digestivos y deficiencias de
nutrientes. Es importante que las personas con esclerosis múltiple consulten
con su médico antes de hacer grandes cambios en su dieta, y que sean
controlados regularmente por un médico y un dietista registrado mientras sigan
una dieta cetogénica”. BP
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