Es normal que con el tiempo nuestra piel y músculos pierdan
firmeza, especialmente en el rostro, brazos, abdomen glúteos y muslos.
Afortunadamente, no es necesario esconder este problema, ya que existen
distintas formas de combatirlo. Existen muchas formas de flacidez, por ejemplo,
la cutánea, caracterizada por la pérdida de firmeza en la dermis y epidermis, o
la muscular, que ocurre cuando el músculo se destensa. La más común se conoce
como flacidez mixta, y es una mezcla de las dos anteriores, en la que se
aprecia la caída de las capas más superficiales de la piel y una reducción del
tono muscular.
La flacidez corporal ocurre por déficits de dos proteínas que
se encargan de dar firmeza a la piel y los músculos: elastina y colágeno. Esta
pérdida puede ocurrir como consecuencias del paso del tiempo, aunque también se
puede deber a la pérdida brusca de peso, mala alimentación, hábitos sedentarios
o exposición excesiva a la luz solar. Los siguientes hábitos pueden ayudarte a
reducir la flacidez en las piernas.
Hacer ejercicio
La vida sedentaria retrasa la renovación celular y hace más lenta la
generación de colágeno. Tu cuerpo pierde tono muscular, mientras que la piel
carece de elasticidad y luce menos luminosa. Si no eres amante del gimnasio,
puedes salir a caminar o andar en bicicleta, 30 minutos por día, 5 veces por
semana marcará la diferencia. Otros ejercicios que pueden resultar útiles son:
Sentadillas
Puedes reducir la flacidez de las piernas haciendo sentadillas. Para
ello, párate con la espalda erguida. Flexiona las rodillas y cadera para bajar
el cuerpo (como si te fueras a sentar) hasta que los muslos estén en paralelo
con el suelo. Vuelve a la posición inicial y repite. Puedes aumentar la dificultad
añadiendo peso o incrementando el número de repeticiones.
Estocada
Comienza parado con una distancia entre cada pie equivalente al ancho de
las caderas. Da un paso hacia delante mientras la pierna de atrás se sostiene
en punto. Mantén el torso recto y perpendicular al suelo y el muslo de la
pierna delantera paralelo al suelo. Regresa a la posición inicial y repite con
la otra pierna.
Elevación
Comienza acostado con los brazos a los costados. Eleva las piernas hasta
qué estén perpendiculares al suelo, mantenlas así por unos segundos y desciende
hasta alcanzar la posición inicial.
Beber agua
Para lograr una piel suave y tonificada se necesita hidratarla todos los
días. Beber agua (10 vasos diarios) es indispensable para conservar la
hidratación y favorecer la producción de colágeno. Cuando la producción de
colágeno disminuye, la piel retiene menos agua, se hace más delgada y pierde su
capacidad de conservar nutrientes.
Consumir más proteínas
Junto con las grasas y los carbohidratos, las proteínas son
imprescindibles para una buena dieta. Se las denomina el ‘hormigón’ del cuerpo,
ya que son el principal componente que da estructura a las células y son
necesarias para el crecimiento y la reparación de los tejidos. Podemos
hallarlas en las carnes, clara de huevo, legumbres, semillas, frutos secos,
lácteos, o soja y sus derivados.
Depurar el organismo
A veces los músculos y la piel se ven flácidos si hay mucha
concentración de toxinas en el organismo. Estas pueden eliminarse a través de
la transpiración y la orina, aunque esto se puede reforzar recurriendo a
alimentos o bebidas depuradoras, como jugo de remolacha y limón, de banana y
cúrcuma, o de zanahoria y manzana, entre otros.
Activar la piel con agua fría
Cuando te bañes, evita usar agua demasiado caliente, ya que puede
resecar la piel. Antes de secarte, abre el agua fría y déjala caer sobre las
piernas. Notarás cómo se activa de inmediato la circulación, que le hará muy
bien a tu piel y ayudará a mantener la estructura cutánea y muscular.
Dejar de fumar
Distintos estudios revelaron que en la piel de los fumadores disminuye
el flujo sanguíneo, lo cual la priva de la llegada de suficiente oxígeno y
nutrientes esenciales. Esto deshidrata la superficie cutánea y malogra su
aspecto. También disminuye la absorción de vitamina A, y afecta el colágeno y
la elastina de la piel.
¿Sirven los suplementos?
El consumo de suplementos como antioxidantes, selenio y resveratrol
retrasan la decadencia de los tejidos. También ayuda el uso de cosméticos de
buena calidad que hidraten la piel en profundidad o de sustancias químicas que
actúan en la piel favoreciendo su nutrición. Sin embargo, el uso de estas
opciones debe ser recomendado y supervisado por un profesional de la salud.
Recuerda
La piel es un órgano formado por tres capas: la dermis, epidermis e
hipodermis. Contiene células y fibras que le dan elasticidad y firmeza,
cualidades que se van perdiendo con la edad. Además, algunas personas tienen
predisposición genética a la hiperlaxitud, mientras que otras, a tener piernas
o brazos firmes y torneados aun sin hacer ejercicio. HD
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