miércoles, 23 de enero de 2019

Cómo pasar un verano saludable sin dietas ni milagros

El verano y el calor predisponen la elección de alimentos frescos. Se trata durante el día de elegir alimentos con gran contenido de agua que a su vez junto con los líquidos permitan una correcta hidratación. 
A diferencia del invierno, en esta época del año el cuerpo necesita temperaturas frescas y un mayor cuidado en la elección; cocción y almacenamiento de los alimentos debido a que el calor y las altas temperaturas son un vector de contaminación y mayor deterioro. 
En esta estación donde se frecuentan las playas o las piscinas hay que tener en cuenta que - aunque estemos en momentos de esparcimiento y descanso - es fundamental realizar una alimentación saludable y equilibrada. Para ello es importante: 
·        Realizar las cuatro comidas en horarios flexibles. 
·        Contar con una heladerita con hielo y congelantes que permitan mantener frescos los alimentos en la playa o en cualquier otro lugar al aire libre. 
·        Tomar desayunos y meriendas frescas que contengan yogurt -en todas sus variantes- leche fría o leche chocolatada acompañada de copos; granola o pan o algún tipo de galletitas (siempre teniendo en cuenta la lectura de etiquetas que permiten determinar la porción justa). A esto se le pueden sumar frutas frescas enteras o en licuados a base de leche, hielo, agua y edulcorante. De esta manera se logra una correcta alimentación e hidratación durante la mañana y la tarde y se evitan los atracones en el almuerzo o la cena. 
·        A la hora del almuerzo en vacaciones son ideales: 
▪ Las tartas frías de verdura o caprese; 
▪ Sándwiches vegetarianos o caprese, de pollo y verduras o de milanesa fría; 
▪ Ensaladas frescas con variedad de hojas verdes; pollo, tomate, zanahoria, aceitunas y semillas. En esta época del año es mejor evitar el pescado. 
·        Para beber debemos tener siempre a mano agua; bebidas dietéticas o jugos dietéticos que son una buena opción para acompañar las comidas (se pueden congelar el día anterior y a lo largo del día contar con algo fresco). 
·        Consumir frutas, ensaladas de frutas o pinches de frutas que no solo dan saciedad sino que también hidratan al cuerpo. 
“En cuanto a los gustos del verano, es importante comprar siempre lo que uno va a comer. Si uno compra de más, come de más. Es importante legalizar el placer en su justa medida. Por ejemplo: si te gustan los churros y son cuatro personas no hace falta comprar una docena, sino solo dos para cada uno para acompañar unos ricos mates. Hay que tener cuidado con el alcohol ya que los excesos no son buenos y porque no hidrata. Ante la sed, la mejor opción es el agua”, comenta la Lic. Teresa Cóccaro, nutricionista de INEBA. 
Además, la especialista agrega: “Más allá de la alimentación, es importante moverse. Debemos tomarnos un rato del día -cuando la temperatura no sea muy alta- para dedicarle a la salud física. Las caminatas en la playa o las clases de baile son buenas opciones para moverse, quemar calorías y oxigenar el corazón. Tenemos que acordarnos que es importante hacer actividad física para estar sano no para estar delgados. El verano no es momento para hacer dieta, pero sí para mantener los hábitos saludables del resto del año”. BP

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