XXVI Papa,
30 de Diciembre
Martirologio Romano: En Roma, en el cementerio de Calixto, en la
vía Apia, sepultura de san Félix I, papa, el cual rigió la Iglesia Romana en
tiempo del emperador Aureliano († 274).
Se desconoce la fecha de su nacimiento; murió en el
año 274. A principios de 269 sucedió al Papa San Dionisio
como cabeza de la Iglesia Romana. Alrededor de esta época llegó a Roma,
dirigido al Papa Dionisio, el informe del Sínodo de Antioquía, el cual ese
mismo año había depuesto al obispo local, Pablo de Samosata, por sus enseñanzas
heréticas referentes a la doctrina de la Trinidad (ver Antioquia). Una carta,
probablemente enviada por Félix a Oriente en respuesta al informe sinodal, que
contenía la exposición de la doctrina de la Trinidad, fue, más tarde
interpolada a favor de su secta por un seguidor de Apolinario. Este documento
apócrifo fue enviado al Concilio de Éfeso en 431. El fragmento conservado en
las Actas del Concilio hace especial énfasis en la unidad e identidad del Hijo
de Dios y el Hijo del Hombre en Jesucristo. El mismo fragmento presenta al Papa
Félix como mártir; pero este detalle, el cual está presente también en la
biografía del Papa en el “[Liber Pontificalis]” (Ed. Duchesne, I, 58), no está
apoyado por ninguna evidencia auténtica anterior y se debe evidentemente a una
confusión de nombres. De acuerdo con la nota en el “Liber Pontificalis”, Félix
construyó una basílica en la Vía Aurelia; la misma fuente también añade que él
fue enterrado allí (Hic fecit basilicam in Via Aurelia, ubi et sepultus est).
Este último detalle es un error evidente, ya que el calendario romano de
fiestas del siglo IV dice que el Papa Félix fue enterrado en la Catacumba de
San Calixto en la Vía Apia (III Kal. Januarii, Felicis in Callisti, se lee en
el Depositio episcoporum). La declaración del “Liber Pontificalis” relacionada
al martirio del Papa resulta, evidentemente, de una confusión con el mártir
romano del mismo nombre enterrado en la Vía Aurelia, y sobre cuya tumba se
construyó una iglesia. En el antedicho “Feriale” romano o calendario de
fiestas, el nombre de Félix aparece en la lista de obispos romanos (Depositio
episcoporum), y no en la de los mártires.
La observación en el “Liber Pontificalis” le
adjudica a este Papa un decreto por el cual las Misas debían celebrarse sobre
las tumbas de los mártires (Hic constituit supra memorias martyrum missas
celebrare). El autor de esta entrada estaba aludiendo evidentemente a la
costumbre de celebrar el Santo Sacrificio en privado, en los altares cerca o
sobre las tumbas de los mártires en las criptas de las catacumbas (missa ad
corpus), mientras que la celebración solemne de los Sagrados Misterios siempre
se realizó en las basílicas construidas sobre las catacumbas. Esta práctica,
todavía en uso al final del siglo IV (Prudentius, “Peristephanon”, XI, vv. 171
sqq), aparentemente data del período cuando se construyeron en Roma las grandes
basílicas sacramentales, y debe su origen a los solemnes servicios
conmemorativos de los mártires, realizados en sus tumbas en el aniversario de
su entierro, tan temprano como en el siglo III. Probablemente Félix no proclamó
tal decreto, pero el compilador del “Liber Pontificalis” se lo atribuyó a él
porque no hizo ningún cambio en las costumbres de su época. De acuerdo con el
detalle antes mencionado del “Depositio episcoporum”, Félix fue sepultado en la
catacumba de san Calixto el 30 de diciembre.
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