Santa Claus es uno de los personajes más emblemáticos de las fiestas de
fin de año. En las últimas décadas ha ganado tanta fama y resulta tan eficaz
para representar la diversión y los regalos que desplaza a la verdadera razón
de la alegría: Jesús que nace en Belén.
Según varios historiadores, Santa Claus es la distorsión -primero
literaria y luego comercial- de San Nicolás, el generoso Obispo de Myra, patrono
de los niños, navegantes y cautivos. Estas son sus principales diferencias
según St. Nicholas Center:
1. Santa Claus se asocia a la infancia, San Nicolás es un modelo de
cristiano para toda la vida.
2. Santa Claus, como lo conocemos, surgió para aumentar las ventas y el
mensaje comercial de la Navidad; San Nicolás llevó el mensaje de Cristo y la
paz, la bondad y el mensaje cristiano de esperanza que trae la Navidad.
3. Santa Claus alienta el consumo; San Nicolás promueve la compasión.
4. Santa Claus aparece cada año para “ser visto” por un periodo corto
tiempo; San Nicolás es parte de la comunión de los santos, y nos acompaña por
la oración y su testimonio.
5. Santa Claus “vuela” a través de los aires desde el Polo Norte; San
Nicolás caminó por la tierra preocupándose y atendiendo a los más necesitados.
6. Santa Claus, para algunos, sustituye al Niño de Belén; San Nicolás, a
todos, nos señala y conduce al Niño de Belén.
De San Nicolás a Santa Claus
Hay varias teorías sobre el origen de Santa Claus. La más difundida es
que fue la empresa de una conocida gaseosa que inventó el personaje para
promover el consumo de su bebida en 1920.
Sin embargo, en el siglo 19, escritores de Nueva York intentaron dar un
sello nacional a las fiestas de Navidad llenas de tradiciones cristianas de los
inmigrantes europeos. En poco tiempo, las celebraciones dejaron de lado
el carácter santo de estas fechas y se popularizaron las fiestas desenfrenadas,
con borracheras y desorden público.
En 1821 se publicó el libro de litografías para niños “Santa Claus, el
amigo de los niños” en el que se presentaba a un personaje que llegaba del
Norte en un trineo con un reno volador. Esa publicación hizo aparecer al
personaje cada Nochebuena y no el 6 de diciembre, día de la fiesta del santo
obispo. Un poema anónimo y las ilustraciones de esa publicación resultaron
clave en la distorsión de San Nicolás.
Según los expertos de St. Nicholas
Center, fue la élite de Nueva York la que logró nacionalizar la Navidad a
través de Santa Claus y el apoyo de artistas y literatos como Washington
Irving, John Pintard y Clement Clarke Moore.
En 1863, durante la Guerra Civil, el caricaturista político Thomas Nast
comenzó a dibujar a Santa Claus con los rasgos que ahora le atribuyen: gorro
rojo, abundante barba blanca y abultado vientre. Junto con los cambios de
apariencia, el nombre del santo cambió a Santa Claus, una alteración fonética
del “Sankt Niklaus” alemán. Recién en 1920, Santa Claus apareció por primera
vez en un anuncio de la conocida gaseosa.
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