En tiempos de tanto ruido y cambio, en los que a
veces -sino la mayoría-, se nos hace difícil rezar y escuchar a Dios, Monseñor
Jorge de los Santos nos recomienda la Hora Santa, como un ámbito privilegiado
para estar con el Señor y escucharlo.
Aprovechemos todas las
ocasiones en que podamos visitar al Señor Jesús y pasar una Hora Santa con Él, pues
será momento de enriquecemos con el Amor de los Amores.
Recordemos a Jesús en el Huerto de los Olivos que
pidió a sus discípulos que estuvieran despiertos con Él en oración y al volver
los encontró dormidos y les dijo “¿no pudieron velar conmigo una hora? Velen y
oren para que no caigan en tentación”.
Dondequiera que se haga oración, ya sea en un
templo, en una capilla, en medio de la naturaleza, o en la casa, la idea es
buscar un momento de tranquilidad, silencio, paz y permitirle al Señor que te
hable a ti especialmente. Ésta es una práctica importante y seria en la vida espiritual
de todo cristiano. Es recomendado para todos aquellos que quieren conocer mejor
al Señor.
La Hora Santa es una
oportunidad magnífica para hacer ese silencio interior en el que el Señor nos
habla especialmente. Esto se logra de variar maneras. La Hora Santa
rezada en la Iglesia, tiene la ventaja de la presencia del Señor en el
Santísimo Sacramento, y la Iglesia es el lugar natural para la oración.
¿Qué hacer durante la Hora Santa? Eso puede variar.
Sólo hay que dejar que se exprese el corazón. La expresión del amor no tiene
una estructura formal, aunque en la oración también podría ayudar el valerse de
leer pasajes de las Sagradas Escrituras, oraciones devocionales ya escritas,
letanías, rosarios, viacrucis u otras oraciones formales. Todas ellas pueden
usarse para ir introduciéndose en el silencio interior.
Una vez iniciada la
comunicación con el Señor es bueno estar atento a escucharlo,
sentirlo y expresarle nuestro amor, nuestra admiración, nuestro respeto.
Es necesario abrir el corazón al Señor para dejar que fluyan los
sentimientos.
Pero sobre todo la Hora Santa es dialogo donde se
privilegia el escuchar al Señor Jesús
que tiene tantas cosas maravillosas que transmitirnos; es nuestra alma
la que necesita llenarse de Él.
Estos momentos de intimidad son necesarios para el
espíritu. El Arzobispo Fulton J. Sheen decía acerca de la Hora Santa: “La forma de conocer mejor a un amigo es pasar
tiempo con él. Si nosotros queremos conocer mejor al Señor
necesitamos también pasar tiempo con Él. Deberíamos estar con Él en oración
silenciosa por lo menos una hora al día”. JdelosS
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