La Facultad
de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires se
encuentra trabajando en un
proyecto multidisciplinario en relación al entrenamiento de canes para la
detección del agente viral coronavirus del síndrome respiratorio
agudo severo tipo 2 (SARS-2) que produce la enfermedad COVID-19.
La extraordinaria
capacidad olfativa de los perros ha permitido que, desde hace mucho
tiempo, se los entrene para detectar distintas sustancias como estupefacientes, explosivos, divisas,
alimentos en las barreras sanitarias, además de la búsqueda
de personas con vida en desastres
naturales y estructuras colapsadas, búsqueda de restos humanos o en la identificación forense o
criminalística.
Según informa la universidad, últimamente también
han ampliado su participación en otros
tipos de detecciones dentro del campo de la salud humana. Los cambios que
se producen en los compuestos orgánicos volátiles (VOC por sus siglas en
inglés) que emite el cuerpo humano al contraer una enfermedad son aislados a
partir de muestras de sangre, piel, sudor y orina para ser utilizados en el
adiestramiento de los perros detectores. Estos compuestos se aíslan
para ser utilizados en el adiestramiento de los perros detectores.
En la actualidad, los perros pueden detectar episodios de hipoglucemia, cáncer de pulmón, mama, próstata y colon,
melanoma además de tuberculosis. En estos casos los tejidos
malignos o los trastornos metabólicos liberan sustancias muchas veces detectables
por el olfato canino.
En la Escuela
de Medicina Veterinaria de Alfort (Francia), bajo el programa
Nosaïs (programa de enfoque científico que adiestra perros para la detección
médica) el profesor Dominique
Grandjean ha comenzado una investigación con el fin de comprobar la hipótesis sobre la capacidad de que los
perros puedan detectar a personas afectadas por el SARS-CoV2, que hasta
el momento ha tenido resultados alentadores.
“Nuestro objetivo desde
la Facultad de Ciencias Veterinarias de la UBA es incorporarnos al proyecto, adaptarlo a las necesidades locales y
sumar evidencia científica acerca de la capacidad de los perros para detectar
personas afectadas por COVID-19″, aseguró la secretaria de
Extensión de la Facultad de Ciencias Veterinarias, Paula Carancci.
El programa en la Argentina, desarrollado por un
equipo multidisciplinario conformado por profesionales de la Facultad de
Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires, se encuentra en la etapa de diseño y
planificación, muy próximo a inicio de las prácticas con los perros. “El
entrenamiento de los canes será llevado a cabo por los profesionales de la
Escuela de Adiestramiento que depende de la Secretaría de Extensión de la
Facultad y esperamos contar con el aporte del personal y canes del Ministerio
de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires con la colaboración del Ministerio
de Seguridad de la Nación y de otros organismos”, adelantó la especialista.
Las razas
que más frecuentemente se han utilizado para este tipo de
entrenamiento son: pastor belga
malinois, labrador retriever, pastor alemán, sprigel ppagniel, border collie, y
otras en menor número. Los tiempos de
entrenamiento varían de acuerdo con el animal, atendiendo a su
ritmo de aprendizaje para preservar su bienestar.
Para este proyecto se utilizarían animales ya entrenados en la detección de otros olores, preferentemente
detectores de explosivos ya que estos perros han sido entrenados para que
realicen una forma de señalización de olor compatible con la requerida en esta
tarea. Por lo tanto solo será necesario que ellos aprendan a identificar y
memorizar un nuevo olor.
Sobre los protocolos que siguen para que no corran riesgo, tanto personas como
animales, Carancci explicó: “Las muestras serán almacenadas en condiciones adecuadas de temperatura y
humedad hasta su utilización. Al momento de iniciarse los ensayos
estas serán colocadas en dispositivos acondicionados especialmente para que los
perros puedan tomar los compuestos orgánicos volátiles de cada uno de ellos,
llevando a cabo así los aprendizajes que les permitan reconocer las muestras”.
Y agregó: “Tanto los canes como las personas involucrados en el
entrenamiento para la detección de muestras provenientes de pacientes
SARS-COV-2 positivos no estarán
expuestos a riesgo alguno proveniente de las muestras. Las muestras
utilizadas para la detección por parte de los canes serán tomadas por personal
de salud bajo un riguroso proceso. Si bien las tomas provienen de pacientes que
cursan la enfermedad, se trata de
muestras de sudor donde no se encuentra el agente viral, tomadas sobre gasa
estéril, y depositadas en envases herméticos”.
¿En
qué consiste el entrenamiento?
El adiestramiento en la detección de olores se
realiza a partir de un aprendizaje
asociativo mediante el cual el
perro aprende a reconocer un olor que le dará acceso a su juguete o alimento de
su agrado. Al encontrar el
lugar con la muestra positiva el perro lo indicará con una conducta específica (sentándose
y dirigiendo su mirada hacia ese dispositivo), recibiendo así la recompensa por esta marcación. Luego deberá
discriminar entre muestras de pacientes positivos y negativos, marcando los
primeros e ignorando a los segundos.
Según la especialista, este proceso demanda un tiempo estimado de 6 a 8 semanas. Luego
se avanzará en las siguientes etapas de convalidación y aplicación de estas
técnicas. “Las pruebas ya realizadas en Francia han arrojado un resultado
altamente efectivo en cuanto al éxito de los perros al identificar las
muestras. La estadística muestra
una efectividad entre el 86% y el 100% según el ejemplar canino. Este
método permitirá realizar un testeo de bajo costo y de resultado inmediato,
permitiendo así asignar más eficientemente los test de laboratorio a quienes
hayan resultado positivo para los perros. Queda aún por demostrar si los perros
serán capaces de detectar las muestras de personas asintomáticas positivas a
SARS-COV-2″, concluyó.
Perros:
la última arma del Reino Unido para combatir el coronavirus
Un programa gubernamental de 500.000 libras (US$605.000)
para encontrar nuevas formas de combatir la pandemia que se apoderó de la
nación desde marzo respaldará los ensayos clínicos para entrenar perros, con el fin de ver si pueden
detectar el coronavirus antes de que aparezcan los síntomas, informó
el Departamento de Salud y Atención Social. Investigadores en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de
Londres, la Universidad de Durham, y la organización benéfica Medical Detection
Dogs llevarán a cabo las pruebas. El plan no es totalmente
descabellado: los perros ya han
sido entrenados para detectar ciertos tipos de cáncer, y si pudieran usarse
para detectar el virus en personas asintomáticas, podrían servir como una
“medida de alerta temprana”. Los perros utilizados serán una mezcla de
labrador y cocker ppaniel.
“Los perros de biodetección ya detectan cánceres
específicos, y creemos que esta
innovación podría proporcionar resultados rápidos como parte de nuestra
estrategia de prueba más amplia”, indicó el ministro de
Innovación, James Bethell, en
una declaración por correo electrónico. “La precisión es esencial, por lo que
esta prueba nos dirá si los ‘perros COVID’ pueden detectar el virus de manera
confiable y detener su propagación”.
Para la fase inicial de la prueba, el personal del
Servicio Nacional de Salud en los hospitales de Londres recolectará muestras de
olores de personas infectadas con coronavirus y de personas no infectadas, y
seis perros serán entrenados para reconocer el virus de las muestras.
En teoría, los
animales podrían examinar hasta 250 personas por hora. Desde el
Departamento de Salud y Atención Social señalan que los perros pueden ser
entrenados para detectar el olor de la enfermedad en el equivalente de la
dilución de una cucharadita de azúcar en dos piscinas olímpicas.
ESTIMADO AMIGO LUIS, GRACIAS POR LA INFORMACIÓN SOBRE LA DETECCIÓN DE ENFERMEDADES Y AHORA EL PELIGROSO VIRUS COVID- 19 CON LA MAESTRÍA DE PERROS ADIESTRADOS, QUE DIOS NOS AYUDE EN ENCONTRAR SOLUCIONES EN FAVOR DE LA VIDA POR MEDIO DE LOS PERROS ADIESTRADOS EN DIVERSAS ENFERMEDADES POR SU FINO OLFATO Y BUENOS ADIESTRADORES, CON RESPETO Y GRATITUD, BERNARDO.
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