El
Ministerio de Salud de la Nación recordó que la utilización de dióxido de cloro
para el tratamiento de COVID-19 u otras enfermedades, no cuenta con estudios
que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte del
Ministerio para su comercialización y uso.
En este
sentido, la ingesta de dióxido de cloro puede causar irritación en el esófago y
estómago, dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea e intoxicaciones severas,
entre otras complicaciones que pueden incluir graves trastornos hematológicos,
cardiovasculares y renales.
Por
otra parte, en caso de síntomas compatibles con el COVID-19 no debe
automedicarse y tiene que comunicarlo al sistema sanitario de su respectiva
localidad para su correcta atención.
Además,
este lunes 17-08 el Dr. Omar Leonardo Tabacco, presidente de la Sociedad
Argentina de Pediatría (SAP), aseguró que «el dióxido de cloro de ninguna
manera es un producto diseñado para ingerir por un ser humano y remarcó que está
demostrado que no tiene ningún efecto ni preventivo ni terapéutico para ninguna
enfermedad».
En la
misma línea, agregó que «lo que sí está demostrado son importantes efectos
colaterales que pueden llevar a complicaciones muy serias terminando con la
muerte».
«No hay
ninguna entidad científica en el mundo ni ente regulatorio que admita la
utilización del dióxido de cloro para tratar nada», enfatizó el titular de la
SAP. BP
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