Exámenes clínicos con distancia, turnos más
espaciados, atención con barbijo y teleasistencia, son algunas de las prácticas
médicas que modificó la pandemia y que durarán años, según el Dr. Luis Javier
Murúa, secretario general de las Jornadas COVID-19 organizadas por el Hospital de Clínicas que se
realizarán el 24 y 25 de septiembre y que contarán con la participación de más
de 7 mil profesionales de la salud de toda la región.
“La pandemia modificó
la atención de todos los pacientes: desde el saludo hasta el examen clínico
todo tiene que llevarse a cabo con una distancia adecuada para cuidar al paciente
y al profesional”, indicó el Dr. Murúa, especialista en Medicina Interna, que “es
la disciplina médica más abarcativa y la madre de todas las especialidades”.
De cara a las jornadas que el Clínicas llevará
adelante, un encuentro en el que se debatirán los nuevos desafíos y el enfoque
interdisciplinario que implicó la pandemia por COVID-19, el Dr. Murúa señaló
que son múltiples los cambios que se dieron y que muchos de ellos “quedarán por
años. Habría que pensar que las salas de espera no pueden estar excesivamente
concurridas, que los horarios de las consultas sean lo más precisos y
espaciados posibles. La
virtualidad en la comunicación médico paciente seguro vino para quedarse, en
ese contexto los médicos han tenido que incorporar el manejo de herramientas
que antes no usaba”, describió.
El especialista señaló que “esto no sólo pasó en el
ámbito de la salud; al ser una enfermedad que comprometió a todo el mundo ha
afectado el comportamiento social particularmente sacando a toda la población
de su zona de confort y llevándola a nuevos lugares; cada persona, de cada
ámbito, ha tenido que replantearse su existencia y los médicos hemos tenido que
convivir con esta situación de manera novedosa y compleja. No sólo es el
aspecto logístico, habida cuenta de que la relación médico-paciente salió del
consultorio, sino también desde el punto de vista emocional, moral, legal,
porque la toma de decisión se hizo mucho más difícil; tuvimos que adaptarnos en
un marco de gran incertidumbre porque es una enfermedad sobre la que todavía no
tenemos respuesta para varias de las preguntas que los pacientes no hacen,
entonces tenemos que compartir con ellos esas incertidumbres y las tomas de
decisiones”, apuntó.
Todo esto se dio en un marco sanitario muy
particular que exigía aislamiento, gran disponibilidad de camas, tanto de salas
de internación común como de terapia intensiva.
“También se generó un
estrés comunitario muy grande porque cada paciente con COVID-19 y su familia no
siempre encontraron camas disponibles inmediatamente; de modo que en ese marco
tuvimos que aprender a trabajar para acompañar al paciente para que su riesgo
de vida sea el menor posible y que a la vez tenga el mejor confort”, agregó.
En referencia a los cambios en el comportamiento
social, el Dr. Murúa dijo que “la pandemia nos enseñó que el uso de barbijo y
la distancia social disminuyen la prevalencia de todas las enfermedades
respiratorias (cuadros bronquiales, gripes, resfríos). Sin embargo, me cuesta
imaginar una sociedad occidental que incorpore el barbijo de aquí en más una
vez pasada la pandemia, como sucede en las sociedades orientales desde hace
muchos años; sería deseable que pasara sobre todo en las ciudades y en
determinados contextos”, afirmó. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario