El 29 de septiembre es el Día Mundial del Corazón. La
efeméride nos invita a poner en práctica hábitos saludables para mantener sano
este órgano fundamental para la vida.
A nivel mundial, las enfermedades cardiovasculares
(ECV) son la primera causa de muerte. Más de 18,6 millones mueren cada año y de
estas muertes, el 85% se debe a enfermedades coronarias (ej. infarto agudo de
miocardio) y enfermedades cerebrovasculares (ej. accidentes cerebrovasculares).
Partiendo de la base de que son múltiples los factores que producen este tipo
de enfermedades, resulta importante pensar cómo estamos cuidando la salud de
este órgano vital.
Las ECV afectan el corazón o los vasos sanguíneos
(venas y arterias); y el tabaquismo, la diabetes, la hipertensión arterial, la
obesidad son los principales factores que tienen consecuencias directas. Entre las
recomendaciones para mantener el corazón sano se encuentran llevar una
alimentación equilibrada, sin exceso de sal ni grasas. De todas formas, hay que
recordar que hay grasas beneficiosas para la salud, como las que aportan el
aceite de oliva, los frutos secos y las semillas, que poseen ácidos grasos
esenciales (Omega 3 y 6) que el cuerpo no puede fabricar; y vitamina E (un antioxidante
que previene el envejecimiento de las células).
Dentro de un plan de alimentación saludable, es
recomendable reducir el consumo de bebidas azucaradas y optar por el agua o las
bebidas sin azúcar, comer 5 porciones de fruta y vegetales al día, limitar el
consumo de alimentos procesados y envasados ya que suelen tener un alto
contenidos en sal, azúcar y grasa; y mantener el consumo de alcohol dentro de
los límites recomendados. Todo eso ayuda a reducir el riesgo de sobrepeso, otra
recomendación para cuidar el corazón.
También es fundamental no fumar. Este punto es muy
importante porque, a modo de ejemplo, los hombres que fuman alrededor de un
cigarrillo por día tienen un incremento de riesgo de infarto del 48% y un
aumento de riesgo de ACV del 25% en comparación con los no fumadores. Además,
si deja de fumar, el riesgo de enfermedad coronaria se reduce a la mitad en un
año y volverá a un nivel normal con el tiempo.
Asimismo, para cuidar la salud del corazón se debe
controlar con frecuencia la presión arterial, los niveles de colesterol y la
glucosa en sangre -conociendo de antemano los números propios-, tomar la
medicación prescrita por el médico si se tiene un mayor riesgo de desarrollar
una enfermedad cardíaca o un ACV y realizar actividad física.
Hacer 30 minutos de ejercicio 5 veces por semana o
1 vez a la semana 75 minutos de actividad física de alta intensidad (según la
salud integral de cada persona y la recomendación de su médico de cabecera)
reduce en un 40% la muerte temprana. La actividad física también puede implementarse con
pequeñas acciones diarias como usar las escaleras en lugar del ascensor o
bajarse del colectivo algunas paradas antes y caminar hasta el destino. El ejercicio, además de mejorar la salud del corazón,
es una excelente manera de aliviar el estrés y controlar el peso, ambos
factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. ¡A moverse! PC
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