A través de la
firma de un convenio, el Hospital Garrahan, la Universidad de Buenos Aires
(UBA) y la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) se unieron para el
desarrollo y fabricación de medicamentos para pacientes del hospital. Se trata
de minicomprimidos orodispensables, una clase de medicación de tamaño muy pequeño
y disolución rápida ideales para pacientes pediátricos. La iniciativa cuenta además con el apoyo de
la Agencia Nacional de Laboratorios Públicos (ANLAP) que a través de subsidios
promueve la investigación y desarrollo en materia de medicamentos.
«Es estratégico
que universidades nacionales como la UBA y la Universidad de San Luis trabajen
en forma articulada junto al Hospital Garrahan y que a su vez cuenten con el
acompañamiento de la ANLAP para el desarrollo de tratamientos necesarios para
los pacientes pediátricos que la industria por temas de escala no produce»,
celebró Sonia Tarragona, jefa de Gabinete del Ministerio de Salud de la Nación.
«Para el
Garrahan es muy auspicioso y gratificante poder participar de este convenio. La
aplicación de la política sanitaria en este momento tan complejo es de una
ganancia sumamente importante para los pacientes pediátricos de todo el país
que atiende nuestro hospital, en muchos casos con patologías poco frecuentes a
nivel poblacional, pero que puertas adentro se vuelven muy frecuentes», celebró
Patricia García Arrigoni.
Esta iniciativa
contempla tareas determinadas para cada institución. En principio, el Garrahan
provee el componente activo, es decir, la droga en su forma inicial, y también
junto con las universidades, la fórmula de desarrollo, que será testeada en los
laboratorios de la UBA para comprobar su estabilidad y la calidad del
componente. Luego viajará a San Luis donde serán generados los
microcomprimidos. Más tarde, el insumo regresará a Buenos Aires para ser
nuevamente evaluado por la UBA y pasar a su uso asistencial dentro del
Hospital.
Cristina Arranz,
decana de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad de Buenos
Aires, expresó: «Este logro es una respuesta de las autoridades que están
atentas a las tareas y propuestas de los distintos grupos de trabajo. Son las
instituciones públicas, académicas y científicas las que deben dar respuesta a
la salud pública otorgando medicamentos que tengan seguridad y eficacia».
Este acuerdo
busca cubrir un vacío que existe por parte de la industria farmacéutica en la
producción de medicamentos para niños y niñas. Por una cuestión de escala y de
variación en el peso de los pacientes a lo largo de su crecimiento, se vuelve
poco viable la comercialización de estos fármacos.
Fabián
Buontempo, trabajador del sector de Farmacotecnia del Garrahan y docente de la
Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA, explicó: «Esta es una forma
farmacéutica que existe sólo en Europa. Por eso estamos tan entusiasmados con este
proyecto».
Por su parte,
Laura Favier, titular de la cátedra de Tecnología Farmacéutica de la UNSL,
señaló: «Este convenio avanza sobre una necesidad puntual del hospital y sobre
la oportunidad que significa poner a disposición las herramientas que la
ciencia y la educación pública pueden brindarle a la salud pública. La pandemia
sigue dejando señales claras de que la ciencia y la salud son aliadas que
pueden derribar los desafíos que se propongan».
Además, el
hospital se presentó para una de las becas del CONICET financiadas por la ANLAP
relacionadas con el desarrollo de medicamentos pediátricos: Investigación y
desarrollo de especialidades medicinales huérfanas, que en pediatría son de
extrema necesidad.
Este proyecto
conjunto surge en el marco del 34 aniversario del Hospital Garrahan, celebrado
el 25 de agosto pasado y los festejos por los 200 años de la UBA, que fue
fundada el 12 de agosto de 1821 y se constituyó como uno de los pilares
educativos y científicos más relevantes de nuestro país. BP
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