Un equipo de científicos informó que la vacuna Bacille Calmette-Guérin
(conocida popularmente como BCG), que se utiliza para prevenir la tuberculosis,
podría frenar la infección del coronavirus, además de ser utilizada como
plataforma para establecer las acciones inmunológicas tempranas en los
infectados con el SARS-2-CoV.
La investigación, encabezada por la Dra. Kerry L. Hilligan, especialista
en Inmunobiología del Laboratorio de Enfermedades Parasitarias perteneciente al
Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos
Nacionales de Salud de Estados Unidos, demostró que la vacuna BCG se puede
utilizar para reforzar la protección que tienen los sueros para el SARS-CoV-2,
tanto los de adenovirus como las de ARNm.
Los científicos decidieron comenzar a estudiar la BCG como una
alternativa potencial en la prevención de la infección porque esa vacuna tiene
efectos conectados a la reprogramación epigenética y metabólica del sistema inmune
natural. Según explicaron, “cuando una persona se contagia de Covid, a las
manifestaciones severas de la enfermedad las impulsa una inmunorespuesta
natural continua”.
A través de modelos experimentales con ratones, los especialistas
concluyeron que la vacunación con BCG puede aportar “un alto nivel real de
protección”. A su vez, esta droga redujo las cargas virales de la variante alfa
en los pulmones de los ratones.
La Dra. Hilligan, autora principal de la investigación, señaló al
respecto: “La inoculación con BCG intravenoso redujo de modo significativo la
patología pulmonar asociada al coronavirus, al reclutamiento inflamatorio de la
célula, así como a la producción de quimiocinas, que cumplen una función
valiosa en la respuesta inmunitaria. La distribución del antígeno también fue
limitada en estos ratones”.
Y explicó: “Mientras que la administración intravenosa de BCG no es
actualmente una práctica clínica aceptable, el concepto experimental es que las
aplicaciones previas de BCG puede gatillar la protección potente contra la
muerte por Covid, lo que puede colaborar en el diseño de otras estrategias para
la profilaxis COVID-19 que apuntalen la reacción natural al virus”.
Actualmente, se están realizando unos 20 ensayos clínicos controlados en
los Países Bajos, Australia, Alemania, Grecia, Estados Unidos, Egipto,
Colombia, México, Brasil, Sudáfrica, Dinamarca y Francia para saber si la
vacuna BCG disminuye la incidencia y la gravedad del coronavirus. No obstante,
los expertos aclararon que aún se necesitan más pruebas científicas para
determinar sus verdaderos efectos contra el SARS-CoV-2.
¿Y
la vacuna de la gripe?
La vacuna de la gripe puede reforzar el sistema inmune para combatir y
eliminar al coronavirus. Así lo sugiere un nuevo estudio, aún preliminar, que
por primera vez analizó los efectos de la vacuna de la gripe a nivel molecular
en presencia del nuevo virus SARS-CoV-2.
El trabajo se realizó en los Países Bajos y también sugiere que la
vacuna de la gripe protege hasta un 39% del contagio de coronavirus. Hasta
ahora, no estaba claro si esas vacunas y las de otras enfermedades pueden
mejorar o empeorar el pronóstico de los infectados por COVID-19 o incluso si
puede ayudar a que no se contagien.
En los últimos meses, varios estudios describieron efectos positivos de
la vacunación de la gripe. En Italia, se observó que las personas mayores
vacunadas contra la gripe tenían menos mortalidad por coronavirus que las que
no lo estaban, según un trabajo ya revisado por expertos independientes y
publicados en una revista científica.
El mismo equipo encontró datos similares en los Estados Unidos, aunque
en este caso se trata de un estudio todavía sin revisar. Otros trabajos van en
la misma línea. Pero aún quedan dudas. BP
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