Si bien la marihuana es reconocida por su uso recreativo,
desde hace más de 4 milenios que sus compuestos se utilizan para tratar
diferentes enfermedades y afecciones. Por este motivo, es que algunos países o
estados decidieron legalizarla. Aquí te contamos todo lo que debes saber sobre
su uso medicinal:
No es lo mismo hablar de Cannabis sativa que de marihuana.
Mientras que la primera hace referencia al género biológico de la planta, la
segunda abarca el conjunto de flores, tallos y hojas secas y trituradas de la
misma. Esta distinción se extiende a sus principios activos o cannabinoides,
responsables de los efectos medicinales o recreativos.
Cannabinoides
Los cannabinoides son sustancias químicas que activan nuestros
receptores cannabinoides (partes del sistema que regula nuestro humor, apetito,
memoria y dolor). Hay distintos tipos: endocannabinoides (producidos por
animales o personas), sintéticos (producidos en laboratorios) y fitocannabinoides
(producidos por las plantas). Actualmente se conocen cerca de 70 cannabinoides
de la C. sativa L.
CBD O THC
Los fitocannabinoides de mayor concentración en la C. sativa L., son el
tetrahidrocannabinol (THC) y el cannabidiol (CBD). El primero es psicoactivo,
por lo que produce efectos eufóricos o disfóricos, mientras que el segundo es
capaz de bloquear esa psicoactividad. Esta propiedad lo vuelve objeto de
interés para su aplicación en el ámbito médico.
Cada variedad de planta tiene una proporción diferente de
estos ingredientes activos. La marihuana cultivada con fines recreativos suele
contener más THC que CBD. Sin embargo, mediante el uso de técnicas de cría
selectiva se logró producir variedades de cannabis con altos niveles de CBD y
prácticamente nulos de THC.
Propiedades
Gracias a la investigación de los últimos años se encontró una gran
variedad de propiedades del CBD, algunas con un mayor respaldo que otras. Las
más destacables son: antiinflamatorias, antioxidantes, analgésicas,
neuroprotectoras, anticonvulsionantes, antitumorales e inmunomoduladoras. Debido a las propiedades anteriormente
nombradas, es que el CBD se utiliza para tratar ciertas enfermedades, como
epilepsia, ansiedad, Parkinson, Alzheimer, esclerosis, enfermedades
inflamatorias o psicosis, y como complemento para algunos tratamientos, como la
quimioterapia. Además de sus usos terapéuticos, algunos especialistas lo
recomiendan como un suplemento alimentario.
Cómo consumirlo
Aunque la manera más popular y rápida de consumir el CBD es fumándolo,
esta práctica puede desencadenar efectos secundarios, como un mayor riesgo de
enfermedades pulmonares. Algunas alternativas incluyen: vaporizadores, donde se
hierve su aceite para luego inhalar el vapor, goteros que se aplican
directamente a la boca, tópicos que se frotan en los músculos o productos
comestibles, como píldoras.
Dosis
Los profesionales coinciden en que las dosis pueden variar según las
reacciones de cada metabolismo, por eso antes de consumirlo es necesario
consultar a un médico. Sin embargo, las recomendaciones de ingesta diaria
oscilarían entre los 0,5 y 20 mg o entre 1 y 3 gotas de aceite al 5%. Su
extracto también se consigue al 10%, 20%, 30% y 40%.
Posibles riesgos
Los efectos adversos por la ingesta de CBD son de rango leve a moderado,
incluyendo somnolencia, cansancio, sequedad de boca, mareos y disminución del
apetito. Estos problemas desaparecen al suspender el consumo del compuesto. TV
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