El tema del baile es una práctica universal de todos los pueblos y de
distintos grupos étnicos. Por eso, la pregunta es saludable: ¿Es pecado bailar? ¿Puedo bailar sin
caer en pecado? ¿Es malo? La reflexión es hecha a partir del
texto Mt 14,1-12.
“El baile en sí no es pecado, pero sí eso me lleva a
otras cosas malas, entonces no es correcto”, dice
el Padre Sam. Luego explica: “cuando el baile es expresión de alegría
sana, de relajación, de cultura, de folklore… no tiene nada de malo, pero
cuando es expresión de morbo, de depravación, entonces sí es pecado”.
Si el
baile me lleva a la lujuria, a la pereza, a que mis pensamientos se dispersen,
entonces NO está bien, concluye el Padre Sam, pues eso me incita a hacer el mal. SB
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