El lunes 23 de julio
comenzó en Ámsterdam (Holanda) la XXII Conferencia Internacional sobre el
Sida (AIDS 2018), luego de que la ONU advirtiera hoy que 940 mil personas
murieron por la enfermedad el año pasado, aunque alabó los nuevos y mejores
tratamientos, pero alertó sobre un colapso de fondos.
Pese a las nuevas
medicinas y cuidados, durante 2017 poco menos de un millón de personas
perdieron la vida en el mundo debido a enfermedades ligadas al síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (990 mil en 2016), según el informe publicado por
Onusida, la instancia de la ONU encargada de la lucha contra la enfermedad.
Las cifras, antes del
comienzo de AIDS 2018 en Ámsterdam, que se extenderá hasta el viernes 27 de
julio, destacan también que en 2017 casi 3 de cada 5 portadores del virus del
sida en el mundo tienen acceso a tratamientos antirretrovirales, una proporción
récord.
Son 21,7 millones de
personas (frente a 19,4 millones en 2016), de un total de 36,9 millones
infectadas (frente a 36,3 millones el año pasado). “Nadie hubiese podido creer
que pondríamos a 22 millones de personas bajo tratamiento en 2018. Es un
sueño”, dijo el director ejecutivo de Onusida, Michel Sidibé. Pero
“desgraciadamente, somos un poco víctimas de estos resultados”, matizó Sidibé,
deplorando una “crisis en prevención”. “Los éxitos, ciertamente destacables
-aunque todavía limitados- en términos de vidas salvadas y de freno a nuevas
infecciones, están en vías de abrir peligrosamente el camino a una cierta forma
de complacencia”. “No es el momento de bajar la guardia, la complacencia
amenaza con frustrar nuestros logros”, insistió, enfatizó.
Y recalcó que para
mantener esta dinámica positiva, “faltan 7 mil millones de dólares anuales” en
financiación, indicó. El año pasado, se destinaron 24 mil millones de dólares a
programas de lucha contra el sida en países con ingresos bajos y medios, financiados
por estos en un 56%, según el informe. No obstante, bajo la administración de
Donald Trump, Estados Unidos, históricamente el principal país contribuyente en
la lucha contra el sida, prevé rebajar su participación financiera. “El temor
es que la disminución de las contribuciones de los donantes internacionales
lleve a un retroceso de las inversiones internas en los países afectados”,
según Sidibé. Y es que “al menos 44 países dependen en un 75% de la ayuda
internacional para combatir la epidemia”.
“Si no disponemos de
estos recursos, hay un riesgo importante de que se dé un rebrote de la
epidemia, con un riesgo de aumento de la resistencia y de la mortalidad”,
advirtió Sidibé. Claramente esa situación compromete el objetivo que se fijó la
ONU para 2020: que 90% de las personas que viven con el VIH estén al corriente
de su estado, que el 90% de estas últimas estén bajo tratamiento y que entre
estas, 90% tenga una carga viral indetectable. “Hay que llegar a los 30
millones de pacientes tratados en 2020”, dijo el responsable de Onusida.
El lema de este año es "Rompiendo
barreras, construyendo puentes", ya que se busca llamar la atención
sobre la necesidad de enfoques basados en los derechos para alcanzar de manera
más efectiva a las poblaciones clave afectadas por el síndrome de
inmunodeficiencia adquirida. Durante la semana de la Conferencia se esperan
importantes noticias sobre los avances en la prevención del VIH, incluidas las
últimas investigaciones sobre vacunas y otras herramientas. ANSA
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