La pérdida de memoria se debe al estrés puede tener
varias causas, aunque una de las más comunes es el estrés del día a día, que
junto a la depresión y la falta de sueño, conforman los mayores enemigos para
nuestra capacidad de retener información. En algunos casos se llega a pensar
que la persona puede estar sufriendo alguna enfermedad neurodegenerativa por lo
que es muy importante realizar un diagnóstico diferencial adecuado. Como
explica la neuróloga española Dra. Mercé Boada “Para poder retener una información
se ha de estar atento, alerta, vigilante, y así poder empezar una acción y
terminarla. Esta situación de atención-concentración se relaciona con el estado
psicoafectivo”. Cuando se evalúa a adultos con problemas de memoria, se observa
que la mayoría de ellos no presenta déficit en las pruebas de memoria pura,
sino en las de atención-concentración, que secundariamente van a producir una
pérdida de memoria.
El estrés, el insomnio, la ansiedad o la depresión
son las causas que subyacen en muchos casos con problemas de memoria.
Síntomas
Las pérdidas de memoria a causa del estrés pueden
ser de diferentes tipologías:
§ Olvidos
sencillos, de la vida cotidiana y que en principio tienen
poca importancia. Pueden ser desde dejarse las llaves en casa, hasta olvidar
donde hemos dejado algún objeto o utensilio.
§ Olvidos
más complicados. En este caso pueden aparecer pérdidas de memoria
que afectan al recuerdo de nombres de familiares o direcciones a las que
acudimos de forma habitual.
§ Olvidos
más severos. Estos son los que pueden aparecer a raíz de
situaciones de un profundo estrés o estrés crónico. Tras un acontecimiento
traumático o situación muy estresante pueden darse pérdidas de memoria muy
graves. Por ejemplo no recordar episodios concretos de nuestra vida, o incluso
olvidar cómo se escribe nuestro nombre.
Cuando hablamos de la pérdida de memoria a causa
del estrés la tipología más frecuente es la del primer caso. Suelen ser
pequeños olvidos del día a día que no tienen graves consecuencias pero que sí
producen un malestar en la persona que es consciente de estar sufriendo estas
lagunas.
Otros
síntomas
Además de la pérdida de memoria, el estrés produce
otros muchos síntomas y consecuencias. En muchas ocasiones la persona que está
padeciendo estrés crónico no es consciente de estar sufriéndolo. Las exigencias
de la vida cotidiana, las múltiples tareas que tenemos que realizar y las altas
expectativas con nosotros mismos nos pueden llevar a padecer un estrés crónico.
Además de afectar a nuestra memoria y concentración aparecen una serie de
síntomas que nos puede ayudar a identificarlo. Saber que nos encontramos en un
estado de estrés es necesario para comenzar a ponerle remedio.
Algunos de los síntomas
que aparecen derivados del estrés son:
§ Alteraciones
en el sueño. Suelen aparecer pesadillas, despertarse a media noche o tener
dificultades para conciliar el sueño.
§ Dolores
abdominales y problemas digestivos. Puede aparecer el colon irritable, náuseas,
vómitos y diarreas frecuentes.
§ Migrañas
y cefaleas.
§ Contracturas
musculares. Suelen aparecer dolores en la espalda y zona cervical lo que en
muchas ocasiones está relacionado con los dolores de cabeza.
§ Bajan
las defensas lo que hace más probable que aparezcan enfermedades contagiosas.
§ Cambios
en el estado de ánimo. Se muestran irritables en ocasiones y otras veces con el
ánimo decaído y depresión.
§ Puede
aparecer hipertensión arterial lo que supone un riesgo para las personas con
problemas cardíacos.
Causas
En una investigación llevada a cabo en España por
el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras y el Hospital
Sant Pau de Barcelona, se descubrió el motivo por el que el estrés crónico
puede generar pérdidas de memoria.
Utilizando técnicas de resonancia magnética con
pacientes que habían padecido el síndrome de Cushing, una enfermedad rara en la
que el organismo genera un exceso de cortisol, hormona causante del estrés,
descubrieron que se había producido una reducción de la materia gris en la zona
cerebral del hipocampo de estas personas.
Esta pérdida de materia gris es la responsable de
las pérdidas de memoria a corto y largo plazo. Además, se demuestra que estos
daños son irreversibles porque las personas con las que se realizó la investigación
ya estaban curadas.
Otro caso de pérdida de memoria debida al estrés es
la denominada amnesia disociativa. Se trata de un episodio de incapacidad
repentina para recordar información personal importante, casi siempre
autobiográfica. Además aparece de forma súbita y brusca y casi siempre aparece
después de un suceso altamente estresante. Aunque la persona no puede recordar
personas o etapas de su propia vida, esta pérdida de memoria no interfiere
necesariamente con su funcionamiento normal, ya que no pierde el lenguaje ni
otro tipo de conocimientos necesarios para la vida diaria. Este tipo de amnesia
desaparece de la misma forma que apareció, es decir, de forma brusca y
espontánea.
Causas
del estrés
El estrés no afecta a todas las personas por igual,
y ante el mismo nivel de exigencia o el mismo estilo de vida no todos los
individuos lo sufren. Es importante tener en cuenta que la forma en que cada
uno se enfrenta a estas situaciones o la predisposición que tenga va a ser
determinante a la hora de sufrir o no estrés crónico.
Teniendo en cuenta lo anterior, algunas de las
causas que pueden provocar este tipo de estrés crónico y por tanto las pérdidas
de memoria son:
§ Exceso de tareas por
realizar y falta de organización. En muchas ocasiones el
problema principal no es tener que realizar muchas actividades o un exceso de
trabajo, sino una mala organización del tiempo del que se dispone.
§ Sedentarismo y mala
alimentación. Descuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación
contribuye a mantener el estrés. Con una diete adecuada y la práctica regular
de ejercicio se puede contrarrestar los efectos del estrés y disminuir sus
daños.
§ No descansar de forma
adecuada. No solo en referencia a dormir el número de horas
necesarias, sino desconectar del trabajo o del foco que nos provoca el
malestar.
En muchas ocasiones después de trabajar continuamos
pendientes del celular o dándole vueltas a ese problema que tenemos que
resolver en el trabajo. Pero esto lejos de servir de ayuda nos impide descansar
mentalmente de estas tareas para después retomarlas con más lucidez.
Tratamiento
En primer lugar, debemos rebajar el nivel de estrés
ya que esto es lo que está provocando las pérdidas de memoria además de otros
síntomas. Para tratar el estrés de forma adecuada, en muchos casos es necesario
acudir a un profesional que nos ayude y nos guíe. Un profesional no sólo va a
tratar los síntomas sino que nos va a ayudar a buscar las causas que lo
producen y así poder solucionar el problema de raíz.
Por otro lado, también podemos poner en práctica
una serie de pautas en nuestro día a día para neutralizar o disminuir el
estrés:
Dormir y descansar el tiempo necesario
Es fundamental dormir de forma adecuada para
mantener una vida sana y saludable. No descansar lo suficiente provoca falta de
concentración, contribuye a la pérdida de memoria y además nos hace estar más
irritables lo que puede generar problemas y discusiones con las personas de
nuestro entorno.
Hacer ejercicio
Mantenernos activos es otro de los factores claves
para una vida saludable. Además nos va a ayudar a mantener la concentración y
descansar de las preocupaciones diarias porque durante la práctica del deporte
nos distraemos y mantenemos nuestra cabeza ocupada. A nivel físico, la práctica
de deporte causa la liberación de endorfinas lo que provoca una sensación de
euforia y bienestar.
Utilizar técnicas de relajación
Existen diferentes técnicas de meditación;
practicar meditación, yoga, mindfulness, respiración abdominal, etc. Puedes
informarte sobre las diferentes maneras de practicar la relajación para
utilizar la que más se adecue a tus necesidades o la que te resulte más
sencilla de practicar.
Cuidar la alimentación
Es muy importante tener una dieta equilibrada y
saludable. Cuando tenemos una gran cantidad de preocupaciones y estrés es
habitual comer en exceso y además productos que no son los más adecuados para
nuestro organismo (dulces, comida rápida, comida preparada, etc.) Por eso hay
que tener especial cuidado con la dieta que seguimos en esos momentos.
Practicar actividades que te hagan sentir bien y
ayuden a distraerte
Tareas como escribir, dibujar, escuchar música, ver
una película, etc. Practicar una actividad de este tipo puede ayudarnos a
distraernos y concentrarnos en otra tarea diferente a la que nos mantiene
preocupados. Por ejemplo, la arteterapia es una actividad recomendable.
Muchas veces nuestra mente necesita parar y
desconectar de toda la avalancha de tareas, exigencias y preocupaciones que nos
están provocando estrés. Estas actividades van a ayudarnos a desconectar y
pasar unos minutos relajados y tranquilos.
Focalizarse en el ahora
Pensar continuamente en el pasado y en el futuro es
uno de los motivos que más ansiedad y estrés nos puede generar. Si asumimos que
el pasado ya se marchó y que el futuro no lo podemos predecir ni controlar, nos
queda centrarnos en el presente, en lo que está ocurriendo ahora. Si nos
focalizamos en la tarea que estamos realizando en este momento, no sólo la
haremos de forma más eficaz, sino que despejaremos nuestra mente de la
preocupación por lo que vendrá y reducimos el nivel de incertidumbre que tanto
malestar nos genera. Cuando llegue el futuro y tengamos que enfrentarnos a él,
ya buscaremos la forma de hacerlo lo más adecuadamente posible.
Mantén una vida social activa
Relacionarnos con otras personas, pasar un rato con
amigos o hablar con alguien de confianza son algunas de las cosas que mayor
bienestar nos pueden aportar.
Además de nuevo, es una actividad que nos aleja de
todo aquello que tanto nos preocupa y que nos está generando el malestar.
Estrategias
para combatir la pérdida de memoria
Además de poner en práctica las pautas anteriores
que van a combatir el estrés, que es la fuente principal de la pérdida de
memoria, podemos utilizar otras estrategias para ayudar directamente en estas
lagunas o fallos de la memoria.
§ En
primer lugar es importante saber por qué se están dando estos problemas de
memoria, que se deben a una situación de estrés agudo y que son puntuales. Si
pensamos que estos problemas de memoria van a estar siempre presentes podemos
generar una mayor preocupación llegando a convertirse en un círculo vicioso del
que nos cueste mucho salir.
§ Ayúdate
de una agenda, notas, el móvil, para escribir todo lo que pienses que podrías
olvidar. En el momento que lo tienes apuntado puedes olvidarlo y dejar espacio
para otras tareas o para concentrarte en la tarea sin tener que recordar cada
cierto tiempo que tienes otras cosas pendientes por hacer.
§ Organiza
tu tiempo de la forma más adecuada para ti. Divide las tareas que tengas que
realizar en las que son más y menos importantes. También en las que son
urgentes para hacerlas en primer lugar y las que pueden esperar.
Es recomendable que vayas realizando las tareas de
una en una (por ejemplo, primero voy a hacer el informe que me pidieron ayer,
cuando lo termine empezaré con el planning de esta semana, y después buscaré la
información para el siguiente informe, etc.) De esta manera hasta que no
terminas una tarea no empiezas con la siguiente, que la mantienes apartada
hasta que llegue ese momento. Intentar hacer varias tareas a la vez o dejar una
a medio terminar para abordar otra sólo contribuye a generar descontrol y
estrés. Como hemos comentado anteriormente, si tras poner en práctica estas pautas
continúan las pérdidas de memoria, es recomendable ponerse en contacto con un
especialista médico que nos pueda guiar y asesorar. BP
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