El sobrepeso y la obesidad forman parte de una
epidemia que aumenta en todo el mundo en lugar de disminuir. En nuestro país,
según datos del Ministerio de Salud de la Nación, 6 de cada 10 adultos
presentan exceso de peso. Para los niños en edad escolar las cifras son
preocupantes: un 30% tiene sobrepeso y un 6% obesidad.
Son sabidas las complicaciones asociadas, como
diabetes tipo 2, hipertensión arterial, hipercolesterolemia,
hipertrigliceridemia, afecciones del aparato óseo o cuestiones cardíacas y
cerebrovasculares. También se demostró que una persona obesa de larga data
tiene mayor tendencia a desarrollar distintos tipos de cáncer.
La Prof. Dra. Andrea Miranda, directora médica de
la Sociedad Argentina de Estética y Nutrición Integral (SAENI)
hace especial hincapié en la necesidad de un abordaje integral y un tratamiento
multidisciplinario de esta problemática, tanto desde el sector público como en
el privado. Desde su experiencia trabajando con estos pacientes, destaca: “Más
de un 90% de los pacientes con sobrepeso y obesidad presentan falta de
inteligencia emocional para controlar la ansiedad, el estrés, la angustia, los
miedos, entre otras, que suelen canalizar en la comida. El desafío es generar
nuevas conductas saludables que se sostengan en el largo plazo y lograr el
éxito en un tratamiento”.
Entre sus recomendaciones para lograr los cambios
de hábito, enumera: realizar cuatro comidas y dos colaciones al día, controlar
la cantidad y calidad de las porciones, aprender a diferenciar el hambre de la
ansiedad, no caer en dietas restrictivas ante la desesperación, realizar una
actividad física que nos agrade y dormir bien. Además, señala que estos hábitos
deben enseñarse desde la infancia: “Al menos un 50% de los casos de obesidad en
adultos podría prevenirse si desde la niñez adquieren hábitos alimenticios
saludables”.
En algunos casos, la Dra. Miranda recomienda a sus
pacientes un protocolo que es susceptible de aplicarse como tratamiento único o
suplementario a otros métodos naturales y farmacológicos para lograr un
descenso de peso saludable, siempre de la mano de un médico especializado y con
la realización de estudios previos.
La llamada vacuna antiobesidad “parte de la
medicina ortomolecular, especialidad que estudia la normalización del
equilibrio químico del organismo a través del uso de sustancias y elementos
naturales como vitaminas, minerales, oligoelementos, aminoácidos, prebióticos,
coenzimas, con la ventaja de no generar efectos secundarios”, introduce.
“El programa ortomolecular antiobesidad se trata de
cuatro fórmulas para uso intramuscular que busca, a través de los principios
utilizados, activar el metabolismo, controlar ansiedad y apetito, quemar
carbohidratos y grasas, y tratar el síndrome metabólico”. Por supuesto, la
aplicación de estos compuestos va acompañada, en cada fase, de un tipo de
alimentación y estilo de vida determinado para alcanzar los máximos beneficios.
“Lo complementamos con un plan nutricional personalizado para contribuir al
cambio de hábitos necesario para el mantenimiento a lo largo del tiempo y
realizamos controles semanales”, finaliza la especialista. BP
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