Pese a que reparamos en su presencia sólo cuando
brotan por una gran alegría o una profunda tristeza, al picar cebolla o cuando
se nos mete una piedrita en el ojo, las lágrimas están siempre presentes. No
son todas iguales, hay 3 tipos diferentes. El oftalmólogo Dr. Rogelio Ribes
Escudero explicó las diferencias entre ellas.
Tres
tipos de lágrimas
Lágrimas
basales: son las que lloramos todo el tiempo y son
producidas por las glándulas lagrimales, de meibomio y las caliciformes. Cada
persona genera una media de 300 mililitros diarios de lágrimas (es decir, ¡114
litros al año!). Constantemente, llegan al ojo y se van a través del punto
lagrimal. Poseen tres capas: una proteica -en contacto con la superficie
corneal-, la del medio -más abundante de agua- y la externa -de lípidos-.
Además, las lágrimas contienen una gran cantidad de factores de crecimiento que
estimulan la cicatrización en caso de producirse una úlcera, y nutrientes como
glucosa, que forma parte del principal combustible de las células. Su función
es lubricar y nutrir la superficie ocular, y si los ojos están sanos, no se
nota su presencia.
Lágrimas
reflejas: son las que produce el ojo cuando ingresa un
cuerpo extraño o al cortar una cebolla -debido a la liberación de ácido
sulfénico y propanotial-. Son un mecanismo de defensa del organismo al intentar
barrer el cuerpo extraño o diluir el agente irritante, aumentando su
producción. Además de producirse en grandes cantidades, contienen anticuerpos
que protegen frente a gérmenes y bacterias.
Lágrimas
emocionales: son las que se liberan durante un estado de
tristeza o felicidad, y contienen mayor cantidad de hormonas. Diversos estudios
han descubierto que las emocionales tienen un contenido más alto en hormonas de
estrés, como la ACTH o encefalina. Así, al llorar, se elimina parte de las
hormonas que producen estrés y, simultáneamente, un calmante natural
-encefalinas- promueve una sensación de bienestar. Por eso, las personas que
lloran después se sienten mejor.
¿Por
qué son saladas?
Porque el organismo es salado, es decir, el medio
interno como la sangre y restos de fluidos -como el sudor- son salados. Esto se
debe a dos electrolitos del cuerpo -sodio y potasio-, que regulan el pasaje de
líquido a los diferentes tejidos corporales mediante la generación de un
gradiente osmótico, responde el Dr. Ribes Escudero, quien es miembro de la
Sociedad Argentina de Superficie Ocular e integra el servicio de Oftalmología
del Hospital Alemán. La concentración de sales actúa, además, como mecanismo de
defensa contra ciertos microorganismos.
La alteración de esa concentración no es buena.
Existen patologías como el ojo seco en donde aumenta la concentración de sales
en las lágrimas, generando un cuadro de hiperosmolaridad, es decir, la cantidad
total de sales es la misma, pero como disminuye el contenido acuoso, éstas se
concentran. Esta hiperosmolaridad genera inflamación en la superficie ocular
con cuadros de dolor, sensación de cuerpo extraño y ojo rojo.
En las personas con diabetes se da otro tipo de
alteración. En ellas se incrementa el componente de glucosa, lo que les otorga
a las lágrimas un sabor más dulce, cualidad que se podría emplear para
monitorear los niveles de glucosa a través de las lágrimas, precisa el especialista.
Esta tecnología está en desarrollo y, actualmente, están en proceso lentes de
contacto que monitorearían en forma permanente los niveles de azúcar.
¿De
dónde viene la expresión lágrimas de cocodrilo?
Proviene de la antigua creencia de que los
cocodrilos lloran mientras devoran a su presa. Esto no se debe a que el
cocodrilo sienta tristeza, sino a un reflejo en donde al masticar se estimula
la producción de las glándulas salivales y lagrimales.
Se atribuye esta expresión a aquellas personas que
lloran simulando una pena, como los chicos cuando hacen berrinches. También,
existe un síndrome denominado lágrimas de cocodrilo, que se observa en
pacientes que sufren parálisis facial y liberan lágrimas al masticar.
¿Qué
es el ojo seco?
El 80 % de los ojos secos se debe más a una
alteración en la calidad de la lágrima que a la cantidad de ésta. Se observa en
una de las capas de la lágrima, la lipídica, producida por las glándulas de
meibomio, ubicadas detrás de las pestañas.
La principal causa de su disfunción es la
obstrucción de sus orificios, producto de coágulos lipídicos o membranas
fibrosas que cubren el drenaje. Esto genera un sobrecrecimiento de bacterias en
su interior y en la base de las pestañas.
Estos microorganismos producen exotoxinas que
inflaman el párpado y la superficie ocular. Dado que se trata de una patología
crónica, con el paso de los años, las bacterias desarrollan un escudo que las
protege de los antibióticos denominado biofilm.
Su tratamiento consiste en la refuncionalización de
las glándulas de meibomio con su desbloqueo y atacando el sobrecrecimiento
bacteriano. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario