Siempre me quedo sorprendido ante las
palabras del evangelista Juan: “Dios ha venido a traeros vida abundante”.
No sé cómo no
entramos en esta dinámica de llevar una vida plena y dignificada mediante la
unión con él. En el fondo, no cabe duda, es porque nos olvidamos de lo esencial
para ir a lo superficial.
Si se observa a
la gente hay quienes van por la bella vida, viviéndola al 1% y otros, sin
embargo, al 100%. Pienso que es cuestión de sensibilidad ante los problemas
existenciales.
Si miramos a
cualquier campo de la creatividad humana, nos daremos cuenta de que hay gente
que escucha la música al 1% de su sensibilidad y no se da cuenta de quién
desafina. Hay también gente que, a fuerza de mirar cuadros al 1% tampoco se
entera. Muchos dicen que la abstracción no es propia de ellos y por eso no
entienden nada. Y si se le hace la pregunta, ¿has vivido la pintura?, ¿ha
intentado meterse dentro de ese cuadro?
No; es que es
una tontería y no hay quien lo entienda. Está viviendo la vida al 1%.
Ya saben que la
música, el arte, el amor, la cercanía, la comprensión... son cuestiones
relacionadas con la sensibilidad. La mayoría de las personas las viven a un 10%
de sus posibilidades. Y así, es posible que alguien de repente descubra: Yo,
desde que estoy viviendo más a fondo mi amor, es que oigo música de otra
manera.
¡Claro, es
evidente!
Como cuando
estás viviendo la vida desde un compromiso, empiezas a notar que ves un
telediario de otra manera, y que vives algunas cosas muy profundamente, porque
te enteras al 100% de la vida.
Hay gente que
vive la vida sin enterarse. Esos no viven, sino que vegetan. Y hay gente, por
el contrario, que vive en plenitud su ser humano. Y esos,- valga la expresión -
viven como Dios.
Dios no ha
venido a destruir la vida humana sino a plenificarla de sentido. FS
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