jueves, 28 de noviembre de 2019

Diabetes y obesidad, una combinación que afecta a millones y prevenible en la mayoría de los casos

La diabetes es una enfermedad con prevalencia en aumento. Se estima que 425 millones de personas alrededor del mundo la padecen actualmente y se proyecta que para el año 2040 los casos llegarán a 600 millones.
En aproximadamente el 95% de los casos los pacientes son diabéticos tipo 2, es decir, tienen la diabetes que se ocasiona a lo largo de la vida, diferenciada de la diabetes tipo 1 que es la que se padece desde el nacimiento o bien la diabetes gestacional que es la que se genera durante los embarazos en las mujeres.
«La diabetes tipo 1, la más común, es una enfermedad prevenible. Basta para ello incorporar ciertos hábitos saludables a la vida cotidiana como realizar actividad física de manera regular, contar con una dieta sana y controlarse el peso. Es por esto que desde la salud pública es muy importante también trabajar en la promoción de entornos saludables es vital para comenzar a revertir esta problemática», explica el Dr. Carlos Reguera, médico cardiólogo y Jefe de Medicina Preventiva y Cardiología de INEBA.
Por su parte, la obesidad ha alcanzado proporciones epidémicas (al igual que la diabetes) a nivel mundial, y cada año mueren, como mínimo, 2,8 millones de personas a causa de esta condición o de sobrepeso.
«Según la OMS en 2016 unos 1.900 millones de personas en el mundo tenían sobrepeso y 650 millones eran obesos. Esta condición está íntegramente vinculada con la diabetes porque los malos hábitos generan sedentarismo, mala nutrición, sobrepeso, obesidad y luego diabetes. Son parte de un mismo círculo dañino para el cuerpo», explica el especialista. Para detener ambas epidemias se necesitan estrategias poblacionales, multidisciplinarias y adaptadas al entorno sociocultural de cada país.
La diabetes surge cuando el páncreas no produce correctamente o bien cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que elabora. La hiperglucemia (aumento de glucosa en sangre) sostenida en el tiempo daña muchos órganos y sistemas, especialmente nervios y vasos sanguíneos.
Como es conocido, la diabetes es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular en el mundo. En nuestro país, se estima que 1 de cada 10 personas mayores de 18 años padece diabetes y al menos el 60% de ellos no alcanzan los objetivos de control glucémico recomendados.
El cardiólogo explica: «Si bien esta enfermedad no posee cura, el abanico farmacológico es inmenso, permitiendo un control excelente de la patología. Pese a cambiar este año las guías sobre tratamiento con fármacos, las recomendaciones generales siguen siendo las mismas: controlar periódicamente el nivel glucémico, prestar atención al estilo de vida y evitar el sedentarismo, cuidar la alimentación, no fumar, no consumir alcohol en exceso, controlar el estrés y las emociones».
Una diabetes no controlada puede derivar en ceguera, problemas vasculares y renales, afecciones en los pies (que si no están debidamente tratadas pueden llevar a amputaciones), alteración en el desarrollo y recambio de los dientes, aumento de tamaño de las glándulas salivales y disminución del flujo salival, entre otros.
Entre los factores que han contribuido al drástico aumento de la diabetes se encuentran el sobrepeso y la obesidad a nivel mundial, siendo la obesidad infantil uno de los problemas de salud pública más graves que nos tocará enfrentar próximamente.
«Hoy nos apoyamos mucho en la medicina cardiometabólica, que es la conjunción de especialidades que incluye a la genética. La misma persigue un fin que es entender el origen de las 'lesiones' para diagnosticarlas y prevenirlas, estudiando la interacción entre los procesos metabólicos, cardiovasculares y sus consecuencias en la inflamación vascular, el estrés oxidativo, la disfunción endotelial y la activación plaquetaria en estadios avanzados, razón por la cual el paciente puede presentar un infarto de miocardio o accidente cerebrovascular», expone Reguera.
Con esta premisa, la prevención cardiometabólica tiene por objetivo que las personas puedan envejecer de manera saludable, poniendo el foco en la salud y no en el tratamiento de la enfermedad. BP

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