Sacerdote y
Fundador, 05 de Enero
Martirologio Romano: En Spoleto, Italia, beato Pedro Bonilli, presbítero, fundador del
Instituto de las Hermanas de la Sagrada Familia, para atender y educar a la
niñas pobres y huérfanas (1935).
Fecha de beatificación: el 24 de abril de 1988 por el
Papa Juan Pablo II.
Este generoso imitador de Cristo Buen Pastor nació
en San Lorenzo de Trevi (Perusa) el 15 de marzo de 1841 y murió en Espoleto el
5 de enero de 1935.
De familia de pequeños propietarios, el primero de
cuatro hermanos. De un ambiente familiar favorable, una madre piadosísima, y
luego el influjo iluminado y santo de un sacerdote que en el colegio Lucarini
de Trevi, le sirvió de guía espiritual: Don Ludovico Pieri, llamado también el
Don Bosco de Trevi.
En 1857 sintió brotar impetuosa la vocación
sacerdotal y don Pieri fue su ángel guardián. Ordenado presbítero en Terni,
estando vacante la diócesis de Espoleto, el 19 de diciembre de 1863, de
inmediato fue enviado como párroco a Cannaiola, una región pobre, donde estuvo
35 años ejerciendo una pastoral renovadora, valiente, incisiva, altamente
fructuosa, que culminó en 1887 con la fundación de la Congregación de las
Hermanas de la Sagrada Familia.
La condición religiosa y moral de Cannaiola era
singularmente pobre y baja, marcada por la blasfemia, el libertinaje, el juego,
la embriaguez. El se empeñó en alimentar a su pueblo con un intenso trabajo de
catequesis y de instrucción religiosa, sirviéndose también, como precursor, de los
medios de comunicación social de entonces, (La imprenta es el arma de este
tiempo, decía) y comprometiendo a los laicos en sus iniciativas.
En la familia vio el fundamento del renacimiento de
la sociedad y de la vida eclesial. Ser familia, dar familia, construir familia,
fue su programa.
En 1898 dejó a Cannaiola al ser nombrado Canónigo
de la Catedral de Espoleto y Rector del Seminario, colocando al servicio de los
futuros sacerdotes su riqueza espiritual y la vasta experiencia adquirida en
los largos años de ministerio pastoral. En su espiritualidad se destaca su gran
contribución a la difusión del culto a la Sagrada Familia, de la cual imitó con
verdadero espíritu franciscano la humildad y la pobreza.
El 5 de enero de 1935 terminó serenamente en Espoleto
su larga vida (95 años), consagrada al servicio de la formación del clero y a
la ayuda a los pobres. Siervo bueno y fiel, entra en el gozo de tu Señor.
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