sábado, 4 de enero de 2020

Tengo reflujo, ¿debo tomar medicamentos toda la vida?

La enfermedad por reflujo gastroesofágico, también conocida como acidez estomacal o agruras, es una enfermedad común, del 10 al 20% de la población occidental la ha presentado en algún momento de su vida.
Los síntomas típicos del reflujo son las agruras (una sensación de ardor que aparece en la boca del estómago y sube por el pecho, en ocasiones hasta la garganta) y la regurgitación (la sensación de ácido y comida que sube del estómago hasta la boca).
Esta enfermedad se debe al mal funcionamiento del esfínter esofágico inferior (EEI), la válvula que se encuentra entre el esófago y el estómago. Esta válvula permite que pase la comida e impide que regrese al esófago, pues la exposición al ácido puede lastimar a este órgano.
En la actualidad el tratamiento se basa en medicamentos conocidos como inhibidores de bomba de protones (IBPs). Los IBPs funcionan disminuyendo la producción de ácido en el estómago. Aunque estos medicamentos son muy útiles para disminuir las agruras no lo son tanto para la regurgitación, ya que no mejoran el funcionamiento del EEI.
Existen diversas opciones de tratamiento para la enfermedad por reflujo. Una opción es la cirugía antirreflujo, un procedimiento realizado por laparoscopía y consiste en crear una nueva válvula: se utiliza una porción del estómago para ‘abrazar’ el esófago.
Sin embargo, en la actualidad se han desarrollado alternativas como una prótesis magnética similar a una pulsera, que abraza el esófago en el sitio donde se conecta al estómago (se coloca por laparoscopía). Esta prótesis se abre permitiendo el paso de la comida, y como es magnética se cierra inmediatamente, previniendo el reflujo.
Otro sistema novedoso es un neuroestimulador, consiste en dos electrodos que se colocan cerca del EEI y mandan señales eléctricas al mismo, estimulando su correcto funcionamiento. Estos electrodos dependen de una batería que se coloca en el abdomen, debajo de la piel. Este sistema también se instala por laparoscopía.
Finalmente, a través de endoscopía puede aplicarse radiofrecuencia al EEI, lo que permite que el músculo de este esfínter sea más grueso, que se deposite colágeno y estimula los nervios de la zona, disminuyendo los síntomas del reflujo.
Los tratamientos actuales para el reflujo les dan a los pacientes la oportunidad de escoger alternativas menos invasivas y que se ajustan mejor a sus necesidades. Acude con tu médico para obtener más información sobre estas terapias. AV

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