La enfermedad
por reflujo gastroesofágico, también conocida como acidez estomacal o agruras,
es una enfermedad común, del 10 al 20% de la población occidental la ha
presentado en algún momento de su vida.
Los síntomas
típicos del reflujo son las agruras (una sensación de ardor que aparece en la
boca del estómago y sube por el pecho, en ocasiones hasta la garganta) y la
regurgitación (la sensación de ácido y comida que sube del estómago hasta la
boca).
Esta
enfermedad se debe al mal funcionamiento del esfínter esofágico inferior (EEI),
la válvula que se encuentra entre el esófago y el estómago. Esta válvula
permite que pase la comida e impide que regrese al esófago, pues la exposición
al ácido puede lastimar a este órgano.
En la
actualidad el tratamiento se basa en medicamentos conocidos como inhibidores de
bomba de protones (IBPs). Los IBPs funcionan disminuyendo la producción de
ácido en el estómago. Aunque estos medicamentos son muy útiles para disminuir
las agruras no lo son tanto para la regurgitación, ya que no mejoran el
funcionamiento del EEI.
Existen
diversas opciones de tratamiento para la enfermedad por reflujo. Una opción es
la cirugía antirreflujo, un procedimiento realizado por laparoscopía y consiste
en crear una nueva válvula: se utiliza una porción del estómago para ‘abrazar’
el esófago.
Sin embargo,
en la actualidad se han desarrollado alternativas como una prótesis magnética
similar a una pulsera, que abraza el esófago en el sitio donde se conecta al
estómago (se coloca por laparoscopía). Esta prótesis se abre permitiendo el
paso de la comida, y como es magnética se cierra inmediatamente, previniendo el
reflujo.
Otro sistema
novedoso es un neuroestimulador, consiste en dos electrodos que se colocan
cerca del EEI y mandan señales eléctricas al mismo, estimulando su correcto
funcionamiento. Estos electrodos dependen de una batería que se coloca en el
abdomen, debajo de la piel. Este sistema también se instala por laparoscopía.
Finalmente, a través
de endoscopía puede aplicarse radiofrecuencia al EEI, lo que permite que el
músculo de este esfínter sea más grueso, que se deposite colágeno y estimula
los nervios de la zona, disminuyendo los síntomas del reflujo.
Los
tratamientos actuales para el reflujo les dan a los pacientes la oportunidad de
escoger alternativas menos invasivas y que se ajustan mejor a sus necesidades.
Acude con tu médico para obtener más información sobre estas terapias. AV
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