Cajú, castaña
de cajú (pronúncialo cayú) y, si estás leyendo alguna traducción hecha en
España, anacardo. Este fruto seco viene ganando interés en el universo de la
alimentación saludable y, si todavía no lo probaste, esta es la oportunidad.
Un sabor muy peculiar
Sin dudas, el
del cajú es un sabor exótico y aunque es prima hermana de las almendras, las
nueces, las avellanas, las castañas o el pistacho, tiene sus particularidades
que lo hacen único. Las castañas de
cajú saladas son adictivas y quizá por eso se les haya hecho fama de no tan
saludables, porque son tan ricas que es difícil de frenar cuando empiezas por
una. Si alguna vez probaste las de la famosa marca Planters sabrás por
qué hay fanáticos de estas latas, que se desviven por traer cantidades de los
viajes a Estados Unidos. Obviamente, esto no es lo más recomendable, salvo para
picotear unas cuantas cada tanto, como para darse el gustito.
La castaña de cajú al natural y tostada sin ningún aditivo es un poco
dulzona, por eso queda tan bien la combinación con la sal,
especialmente como platito para acompañar tragos (whisky es el más clásico). Ya
sin la sal agregada, donde prima más su sabor original, tirando a dulce pero
bastante neutro al mismo tiempo, podemos decir que la castaña de cajú, funciona
mejor como nutriente, ya que no te levanta la presión arterial, pero siempre en
cantidades adecuadas.
¿Qué es y de dónde surge el cajú?
La castaña de
cajú es una planta originaria de Brasil, es una nuez rica en minerales. Fue
llevado a la India por los comerciantes, donde también se cultiva. El anacardo
crece hasta alturas excepcionales con un tronco bastante irregular. Colgando de
las ramas hay unos frutos grandes y jugosos en la parte inferior, a los cuales
está adosado el cajú (o anacardo). Disponible todo el año, la tuerca tiene una
gran vida útil si se almacena correctamente.
Tanto la castaña como la fruta tienen distintos usos. En India, la
castaña se usa en la alimentación para hacer currys deliciosos y ricos, y
también, al igual que en Occidente, se tuestan y se comen secos. Y la fruta, en India también, se utiliza para
hacer remedios naturales para elevar la energía y mejorar el rendimiento sexual,
pero esto no es algo que se compruebe por nuestras tierras.
5 beneficios de consumirlas
El cajú es una
excelente opción para agregar nutrientes a la dieta, ya sea en plan de perder
peso, como de ganarlo y ni hablar de cuando el objetivo es construir músculo.
Es un súper aliado para reponer minerales, vitaminas y proteínas vegetales.
Entre los beneficios más destacados están:
Fortalece el
sistema inmunológico, la sangre y los huesos. Tiene cinco
veces más vitamina C que la naranja, un micronutriente que refuerza el sistema
inmunológico. Además contiene zinc, que desempeña un papel vital en el
fortalecimiento del sistema inmunológico contra infecciones y en la
cicatrización de heridas, y es extremadamente importante durante el embarazo.
También tiene hierro y calcio, minerales eficaces para combatir la anemia y
fortalecer los huesos.
Protege el
corazón y previene enfermedades cardiovasculares. El contenido
de grasas del cajú es menor que la mayoría de las otras frutas y, por lo tanto,
es óptimo para la salud del corazón. Según estudios, ayuda y reduce los niveles
de triglicéridos, que, cuando son elevados, aumentan la incidencia de
enfermedades del corazón. Las castañas de cajú también son ricas en
antioxidantes, que disminuyen el riesgo de contraer enfermedades
cardiovasculares.
Anticáncer. El cajú tiene
muchos flavonoides, pigmentos que poseen propiedades antioxidantes,
antinflamatorias, antimicrobianas, antitumorales, ateroscleróticas, entre
otras: Contiene licopeno y betacaroteno, que ayudan en la prevención de algunos
tipos de cáncer, así como el cardanol y el cardanol ácido anacárdico, según
distintos estudios. De acuerdo con investigaciones, estos compuestos que
inhiben la proliferación de tumores actúan disminuyendo el ‘estrés oxidativo’,
una de las causas de varios tipos de cáncer, como el de mama, colon y próstata.
Rejuvenece la
piel y el cabello. Es rico cobre, un mineral que forma
parte de muchas enzimas como la tirosinasa, que convierte la tirosina en
melanina, el pigmento que da al cabello ya la piel su color. Sin el cobre, esas
enzimas no lograrían hacer su trabajo y la piel y el cabello perderían el
vello. Los antioxidantes contenidos en el cajú ayudan a proteger las células
del envejecimiento provocado por los radicales libres, manteniendo la
apariencia como un todo joven por más tiempo.
Da más energía
para entrenar.
Para
atletas de ejercicios de resistencia, el cajú es un alimento indispensable. Es
rico en aminoácidos de cadena ramificada (conocido como BCAA), que aumentan la
capacidad de utilización de la grasa como fuente de energía y así mejorando la
capacidad física. El BCAA aumenta el glucógeno hepático y muscular, lo que
culmina en una mayor utilización de la grasa como fuente energética durante el
ejercicio.
¿Cómo se consume?
Puede ser consumido de diversas formas:
Las castañas frescas y crudas: tal como te la venden sueltas en la
dietética. No es tan rico para comer directamente pero la puedes usar para
dorar en aceite y agregarlo a un arroz o a unas pastas o a una ensalada.
Las castañas tostadas: como snack,
en smoothie bowls, granolas o en barritas caseras de cereales y frutos secos.
Ten en cuenta que entre 6 y 8 castañas es suficiente.
Como bebida vegetal (leche de cajú): misma función
que la conocida ‘leche de almendras’ se usa en reemplazo de la leche de vaca,
sola o para ‘cortar’ infusiones. Puedes elaborarla o conseguirla en dietéticas
o supermercados. En Argentina también se consigue envasada en Tetra Pak, en
sabores natural, vainilla o chocolate.
En curry, de pollo o vegetariano: con
legumbres, leche de coco, pizca de vinagre y muchas especias. DChP
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